Los acusados valencianos en el caso Nóos, exaltos cargos de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, han salido airosos de sus interrogatorios. Este grupo de encausados ha hecho una piña, no han apuntado hacia arriba (el expresident de la Generalitat Francisco Camps y la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá), no han admitido ninguna irregularidad y han alabado los foros organizados por Iñaki Urdangarin con 3,6 millones de euros de fondos públicos.

Jorge Velas; Elisa Maldonado; José Manuel Aguilar, Luis Lobón y Alfonso Grau fueron un equipo correoso, que mantuvo tensos diálogos con los fiscales anticorrupción Pedro Horrach y Ana Lamas. Horrach, en una de las interminables tardes de interrogatorios, perdió la paciencia con un acusado y luego se disculpó por haber empleado un tono demasiado enérgico con él.

Empresas privadas o públicas

El clan valenciano ha sostenido que la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) y la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau eran entidades de derecho privado, pese a financiarse con fondos públicos. La fiscalía les acusa de dar a Urdangarin los convenios a dedo, sin concurso y sin cumplir la normativa de contratación en el sector público.

Los acusados han negado la necesidad de sacar a concurso aquellos convenios con Nóos y se han agarrado a la figura del patrocinio, como fórmula legal que permitió financiar los eventos organizados por el yerno del rey Juan Carlos.

Otra estrategia común ha sido la de introducir en la vista la idea de que son acusados por cuestiones políticas. Así se han negado a contestar a las preguntas de Manos Limpias, el PSOE valenciano y la Generalitat de Valencia (un tripartito de izquierdas), que únicamente reclama el ser resarcida de los fondos desviados.

Luis Lobón, el exalto cargo de mayor rango acusado y a preguntas de su defensor Vicente Grima, manifestó que "no se patrocinó al Instituto Nóos se patrocinó un evento, con un programa, unas expectativas y unos ponentes, también iba a participar el alcalde Oakland, la sede anterior de la Copa de América, lo que a nosotros nos interesaba mucho".

Alfonso Grau, el vicealcalde de Valencia al que solo acusa el PSOE, no incriminó a su jefa, la exalcaldesa Rita Barberá, con la que se enemistó a raíz de su salida del Ayuntamiento por este caso.