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Entrevista

Jorge Pascual: "Los gatos abandonados son un problema mucho más grave que el de cualquier especie invasora"

"El error más común con los animales de compañía se produce en su educación"

Jorge Pascual, en el centro, durante su intervención en el Club, acompañado por Delia Saleno y Sebastià Rotger . Guillem bosch

Jorge Pascual, presidente de CEVE, expuso ayer en Palma los perjuicios que en su opinión está generando la aplicación de un IVA del 21% sobre las clínicas veterinarias.

-A las clínicas veterinarias les aplican un IVA del 21%, una excepción dentro de las profesiones sanitarias. ¿Qué impacto tiene sobre el sector?

-No solo tenemos un IVA anormal, sino que además nos convierte en los hermanos pobres de la veterinaria. Cuando un veterinario trata a una vaca se le aplica un IVA reducido del 10%, pero si trata a un perro se le impone el 21%. El problema de la veterinaria es que aunque legislativamente seamos una profesión sanitaria, nunca se nos ha tratado como tal. Por un tema de tradición siempre se nos ha vinculado a la ganadería. No nos toman como sanitarios puros. Eso ha afectado desde muchos puntos de vista: al aumentar en 13 puntos nuestra carga impositiva, las clínicas que no han sabido repercutir eso en el cliente, bien por miedo o por no saber calcular, se han visto duramente afectadas, como lo demuestra el que 733 de ellas tuvieron que cerrar en España durante 2014. Además, la gente tiene menos dinero, y si antes se acudía inmediatamente al veterinario ante cualquier cosa que le pasara al animal, ahora se espera, se consulta a Google o al vecino del quinto, y cuando el animal por fin nos llega está en peor estado, algo que en muchas ocasiones lo que provoca es un aumento de la factura. Y no hay tanta prevención. Por poner un ejemplo, se retrasan las vacunas contra la rabia, pero si se detecta un caso de esta enfermedad en Balears, automáticamente se cierra el tránsito de animales en las islas, lo que podría conllevar unas pérdidas económicas brutales. Desde el punto de vista de la salud pública, hemos visto cómo han aumentado los casos de parásitos intestinales, como las lombrices que hace años se detectaban en los niños por falta de higiene. También se está derivando en un mayor abandono de animales, algo que el chip de identificación puede reducir, pero no impedir. Y todo ello a cambio de un beneficio económico para el Estado que ha sido ínfimo.

-Habla del cierre de clínicas veterinarias en España. ¿Qué situación se vive en Balears?

-Muchos problemas son parecidos, pero hay diferencias por autonomías. Durante la crisis, la cifra de clínicas veterinarias en las islas ha crecido un 20% porque cada clínica que cierra con cuatro veterinarios, se convierte en cuatro nuevas microclínicas. Esta masificación está más acentuada en Mallorca, frente a un mayor equilibrio en Menorca y Eivissa

-Su organización denuncia la competencia desleal y el intrusismo existente en su sector, y se quejan de la falta de regulación.

-Todas las comunidades autónomas tienen una regulación para la apertura de un centro sanitario, pero en veterinaria cualquiera puede abrir un centro, salvo precisamente en Balears, aunque estamos intentando desarrollar con el Govern un reglamento que sea de obligado cumplimiento. Lo que sucede es que un consultorio puede decir que tiene lo mismo que un hospital, pero nadie viene a comprobarlo. Por eso queremos que exista una regulación. Los medios que se necesitan para poner una prótesis de cadera no son los mismos que si solo me dedico a vacunar. ¿Intrusismo? Los cazadores vacunan, los criadores hacen un poco lo que les da la gana... ¿Competencia desleal? En Balears hay un problema con protectoras que ejercen la veterinaria y que disfrutan de beneficios fiscales.

-¿Los animales de compañía también han sufrido la crisis con un deterioro en su cuidado?

-Yo diría que lo está pagando la salud pública. A raíz de que no se vacuna o no se desparasita en tiempo, también lo pagan las personas que conviven con los animales. Hay enfermedades que pueden afectar a los perros pero también a las personas.

-Los animales de compañía son cada vez más exóticos, desde serpientes a monos. ¿Eso les complica mucho el trabajo?

-Eso se daba más antes de la crisis, cuando el dinero campaba a sus anchas, porque son animales caros. Pero sí da problemas. No es lo mismo abandonar un perro que una pitón. Hay que ser muy responsables con ese tema. Los veterinarios nos tenemos que ocupar de todas las especies, pero no siempre tenemos medios para ello, aunque en España se están abriendo excelentes centros especializados en fauna exótica. Lo que recomendamos es que si alguien quiere desprenderse de alguno de estos animales, que acuda al Seprona o a Natura Parc. En Mallorca ya hay tres especies que son invasoras: el coatí, el mapache y la cotorra argentina.

-¿Solo es obligatoria la identificación de los perros?

-Sí, pero estamos pidiendo que se extienda la obligatoriedad de vacuna de rabia a perros, gatos, y hurones, y la identificación de todas estas especies más aquellas a las que se pueda colocar un microchip. Cada día es más difícil abandonar a un perro, pero con un gato es muy fácil y basta con abrir la ventana. Por eso el gato se ha convertido en un problema mucho más grave que el de cualquier especie invasora: descontrolados sanitariamente, con muchas colonias urbanas, y lo poco que se controla está en manos de aficionados, gente con muy buena intención, pero en ocasiones con pocos recursos y poca preparación.

-¿Cuáles son los errores más comunes al tener un animal?

-El primero, la educación. Un animal, por mucho que lo quieras, es un animal. Hay una frase de César Millán que me gusta: en África los animales están muy mal físicamente pero muy bien psicológicamente, mientras que en Europa y América están bien físicamente pero muy mal psicológicamente. Cualquier animal necesita su espacio, actividad física y no tener una sobreprotección.

-Denuncian el tráfico de cachorros demasiado jóvenes para ser separados de la madre.

-Emvetib (Empresaris Veterinaris de les Illes Balears) lo destapó y ha trabajado intensamente con el Seprona. Es muy problemático, e incluso estos animales llegan con la documentación falsificada, y el 70% con síntomas de enfermedad. Y muchos después tienen problemas de comportamiento.

-¿A quién se debe comprar un animal de compañía?

-Yo siempre recomiendo que se haga en el comercio local y a criadores especializados. Es fundamental poder ver el animal que te vas a comprar.

-¿Hay razas de perros peligrosas o los peligrosos son los propietarios?

-El problema de las razas potencialmente peligrosas es que esos perros dan sensación de poder y de fuerza, y en muchos casos estos animales están en manos de personas inadecuadas. Necesitan una educación especial y no está recomendado que sean el primer perro de nadie. Si por mi liberación de testosterona intento hacer juegos inadecuados con ellos, suceden los problemas que se registraron. El problema de la clase política española es que hizo una ley sin preguntar a nadie. No existe el perro potencialmente peligroso, sino el dueño que no sabe tener ciertos perros, ni siquiera un caniche.

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