Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dinero

Sacar los ahorros de debajo del colchón

Los economistas valoran la liquidez de la cuenta bancaria y señalan la Bolsa para el ahorro a largo plazo

Sacar los ahorros de debajo del colchón

Los bancos ofrecen una rentabilidad prácticamente nula por los depósitos a plazo, las Bolsas parecen enloquecidas y hacen que los fondos de inversión se asemejen a una montaña rusa, y el producto inmobiliario apenas comienza a salir de una burbuja sin precedentes. Con este panorama, son muchos los que se preguntan qué hacer con el ahorro más allá de colocarlo bajo el colchón o en un cajón de casa.

La apuesta de las entidades financieras es atraer a sus clientes hacia productos como los mencionados fondos de inversión y a planes de jubilación, donde ellas además consiguen mejorar sus ingresos. De los primeros destacan la rentabilidad a largo plazo y las posibilidades de modular el riesgo, y de los segundos sus ventajas fiscales y la necesidad de mantener un nivel de vida aceptable durante la vejez. Otros asesores señalan la revalorización que se está registrando en el sector inmobiliario para colocar el ladrillo como alternativa.

¿Y qué dicen los economistas? Las posturas no son necesariamente coincidentes, pero en cualquier caso sí hay un elemento que todos tienen en cuenta: se debe de asumir que el ahorro es una necesidad para garantizar la calidad en el futuro más allá de la adquisición de la vivienda, un factor que muchas familias olvidaron durante los años de la burbuja inmobiliaria y que se ha revalorizado durante la crisis.

El decano del Colegio de Economistas de Balears, Onofre Martorell, mantiene una postura muy conservadora. En su opinión, en estos momentos lo más inteligente es esperar. O lo que es lo mismo, apostar por la tradicional cuenta corriente, de máxima liquidez, dado que el hecho de que su rentabilidad sea nula no es un grave inconveniente en un contexto de inflación negativa.

Martorell: "Toca esperar"

Según Martorell, las incertidumbres actuales son enormes, tanto en el ámbito internacional con la situación de China en cabeza, como en el marco español, donde la situación política no permite esperar demasiada estabilidad. Por ello, recomienda prudencia hasta que el panorama se aclare, y apuesta por mantener el dinero en las citadas cuentas corrientes o en un plazo fijo que no supere los seis meses. En su opinión, la entrada en Bolsa sigue ofreciendo demasiadas incertidumbres, pese a estar baja, y la apuesta por el sector inmobiliario también se ha mostrado peligrosa durante años anteriores. Por ello, insiste, "ahora toca esperar".

El profesor de Economía Aplicada de la Universitat balear, Javier Capó, hace un planteamiento diferente, que depende mucho del tipo de ahorrador. Por ello, señala que la primera pregunta es ¿ahorrar, para qué?, y apunta que no es lo mismo el caso de una persona de 45 años que quiere destinar fondos para su jubilación, que el de otra de 30 que quiere disponer de capital para comprarse una vivienda a los pocos años, o el de un jubilado de 70 años que busca sobre todo seguridad.

En el caso de que los objetivos de ese ahorro sean a largo plazo, Capó defiende los fondos de inversión como una buena alternativa para dedicar una parte del dinero de que se dispone -solo una parte, en combinación con otras formulas más estables-, ya que pese a los fuertes altibajos actuales, la renta variable ha asegurado históricamente una rentabilidad positiva.

Capó: "Bolsa, a largo plazo"

Además, Javier Capó pone de relieve un factor: la Bolsa ha bajado mucho, lo que permite en estos momentos comprar barato, por lo que en su opinión supone una buena alternativa "a medio y largo plazo", pese a reconocer que actualmente no es un buen producto para personas con carácter de "agonías", es decir, aquellos que están excesivamente pendientes de su evolución diaria. "En Bolsa no se pierde hasta el momento en que se debe de vender", subraya, y resta importancia a la volatilidad actual.

Evidentemente, recuerda que hay fondos de inversión con diferente nivel de riesgo, y en este aspecto señala que cada ahorrador debe de seleccionar el que es más adecuado a sus necesidades. Así, destaca las posibilidades de diversificar el destino del dinero que se dedica a esta fórmula. En su opinión, el futuro de las entidades financieras pasa por el asesoramiento a sus clientes, algo que en estos momentos se hace en la Banca Privada solo para los titulares de elevados patrimonios, y que en su opinión deberá extenderse también a los pequeños ahorradores.

También valora el que se dedique una parte del ahorro a planes de jubilación, al considerar que en el futuro va a ser imprescindible complementar las pensiones públicas con el ahorro privado para mantener la calidad de vida. Para los que necesitan alternativas más conservadoras, señala la opción de la deuda pública en países en los que ésta mantiene una cierta rentabilidad.

Capó no descarta el ladrillo como destino de una parte del ahorro, ante la posibilidad que todavía existe de encontrar inmuebles a buen precio para poner en alquiler, pero advierte de los problemas que comporta su falta de liquidez y los gastos que genera la propiedad de una vivienda o local.

Aguiló: "Riesgo limitado"

El también profesor de Economía Aplicada en la Universitat isleña, Eugeni Aguiló, considera que en estos momentos la asunción de riesgos debe de ser limitada, y apunta que, con carácter general, la exposición a fondos de inversión no debe de superar el 20% o el 25% del ahorro de que se dispone. Sin embargo, en este campo destaca que el valor en el parqué de las entidades financieras es muy bajo en estos momentos, lo que permite hacerse con acciones de algunas de ellas a buen precio

En cuanto al recurso de los depósitos en bancos, señala que el hecho de estar en una fase de inflación negativa permite tener el ahorro en estas entidades con una baja rentabilidad sin que ello suponga un recorte en el poder adquisitivo.

Respecto a la inversión en patrimonio inmobiliario, advierte de los gastos que conlleva y de su falta de liquidez, aunque apunta la subida que se está detectando en los alquileres, especialmente los destinados al mercado turístico.

En cualquier caso, Aguiló coincide en que la crisis ha revalorizado la necesidad del ahorro de las familias para su futuro.

Compartir el artículo

stats