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Matas al presidente del PP balear: "Os acordaréis de mí"

La obra decisiva para nombrar ´International Fellow´ del Real Instituto de Arquitectos Británicos al ibicenco Elias Torres ha sido su toldo volátil en ses Voltes junto a la Catedral, la misma semana en que la estructura caía arrasada por el vendaval.

James Matas, porque es él, se encuentra en fecha reciente en el aeropuerto con el presidente accidental del PP balear, Miquel Vidal, y con la senadora y consellera insular Catalina Soler. El ministro de Aznar se dirige categórico a su sucesor al frente de los populares:

-Os acordaréis de mí.

Es su carácter. El vengativo Matas apuntaba simultáneamente a las sedes de Palau Reial y de Génova que pueden tambalearse con sus confesiones en cadena. Sin embargo, no debería preocuparle la amnesia de sus víctimas. Los dirigentes del PP no van a olvidarlo ni a recobrarse de sus maniobras corruptas. A diferencia del tono conminatorio hacia Vidal, el expresident se mostró almibarado con Soler.

Entre el “Matas se confiesa” que no ocurrió el jueves, y el “Matas no confiesa” que tampoco sería exacto, vamos a buscar una solución de compromiso. Por ejemplo, “Matas nos confiesa”. El ministro de Aznar salió del interrogatorio más inocente de lo que había entrado. En cambio, los mallorquines abandonamos la confesión un poco más culpables, por no haber apreciado ni agradecido los esfuerzos de este prohombre.

Matas se confesó como si fuera un negocio ilegal más, con facturas falsas, actas de reuniones que nunca se celebraron y vaciado de instituciones sinónimo de lucro. Ni sombra de arrepentimiento, frente a la credibilidad culpable de sus subordinados Ballester, Alía o Bonet. Al exministro solo le faltó plantarse ante el tribunal con una maqueta de la Ópera de Santiago Calatrava, para reclamar a la Audiencia que le autorizara a construirla en medio del mar.

No hubo confesión, solo confusión. Los ingenuos debieron tener en cuenta que Matas jamás se confiesa, Matas se absuelve. Los auténticos culpables son Rosa Estarás y la izquierda en general, que ganó las elecciones en 2007 y se dedicó a destruir su legado como el Estado Islámico en Palmira. Estamos acostumbrados a que Matas nos confiese, pero no debería llegar al extremo de perdonarnos la vida, exagerando la importancia de la Familia Real en la promoción de Mallorca.

Como español, como madridista y como mallorquín, que soy por la gracia de Dios, exijo que se revalorice el papel de los indígenas en la cotización de la isla. Los dos veranos más rentables de la historia del turismo balear han sido 2014 y 2015. En efecto, en ninguno de ellos ha veraneado la Familia Real en Marivent. No por ello vamos a insinuar que los Borbones son perniciosos para nuestra imagen internacional. Ahora bien, a ver si resulta que Mallorca es famosa por sí misma, sin necesidad de aditivos.

Dispone usted de diez segundos para recordar cómo se llamaban los engendros que Urdangarin montó en Palma. También he tenido que consultarlo, pero el irreductible Matas confiesa que "El Forum Illes Balears fue un éxito". Salvo que nadie lo conoce. Apenas obtiene unos centenares de menciones en Google. Menos que cualquier fiesta de discoteca ibicenca, que cualquier torneo de golf mallorquín. Hay jugadores del Real Mallorca que tienen más citas en el buscador. Así se quemaron dos millones y medio de euros. Además, siempre se habla del Forum famoso por la corrupción. El juez Castro ha hecho más por la promoción de los congresos fantasmagóricos que Matas y Urdangarin juntos.

Matas nos ha vuelto a confesar, no sé si lo pillan. Nos ha repasado nuestros pecados, uno de los mayores fue aguantarle durante siete interminables años. Esperemos que la penitencia que nos imponga sea más suave que en anteriores mandatos. Hablando de chistes, ¿lo saben aquel del obispo que dice que no ha llegado a tiempo a la celebración del Miércoles de Ceniza porque ha perdido el avión? El selecto Col.legi de Consultors del obispado de Mallorca, formados por sacerdotes inscritos en el Col.legi Presbiterial, acaba de recomendar a Javier Salinas que deje su cargo. El obispo no se vio envuelto en un escándalo con la feligresa a la que nombró secretaria, se zambulló voluntaria y conscientemente en la confusión.

Queremos un obispo mallorquín, y nos conformamos con un gerente mallorquín de la Fundació Miró. Sin embargo, el transparente Cort no solo se olvidó de comunicar que Francisco Copado nació en Palma. También le adjudicó “una formación de titulación universitaria y máster en gestión del Patrimonio Cultural y Museología por la Universidad de Barcelona”. Así presentado, todos sus estudios corresponden al centro barcelonés. Sin embargo, su graduación en Historia del Arte fue expedida por la Universitat de les Illes Balears. El Ayuntamiento se excusa en un segundo olvido. Es decir, comete dos omisiones, y las dos en detrimento de la mallorquinidad del exempleado de Barclays Bank, que acababa de solicitar infructuosamente sendas ayudas para la contratación de personal investigador novel en universidades de Barcelona y Girona.

No importa, que cunda el ejemplo de elevar a mallorquines a cargos públicos. En especial porque Francisco Copado tiene escrito en su muy reciente Los museos de Mallorca, evolución desde la transición democrática hasta la actualidad, que es Baluard “desde su fundación ha sido un museo controvertido, tanto por la opacidad de su gestión, la heterogeneidad y calidad de su colección, así como por su confrontación con otras instituciones culturales o académicas de la isla”. En el clavo.

Otro balear, el arquitecto ibicenco Elias Torres, acaba de ser nombrado International Fellow del Real Instituto de Arquitectos Británicos. La pieza clave para su proclamación ha sido su toldo volátil en ses Voltes junto a la Catedral, premiado en la misma semana en que la estructura caía arrasada por el vendaval.

Reflexión dominical civilizada: “Occidente es una cuestión de dosis, no de dioses”.

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