La infanta Cristina sigue sentada en el banquillo de los acusados, pero parece que todos se han olvidado de ella. Ayer su nombre no se mencionó ni una sola vez, ni siquiera en palabras de la abogada de la acusación popular de Manos Limpias. Es lógico que no se la mencionara, porque no parece que ella interviniera en ningún momento en los contactos que tuvo su marido con Jaume Matas para que financiara los proyectos que organizaba a través de Nóos. La hermana del Rey lleva tres días sentada en el banquillo de los acusados y su gesto no cambia. Sigue seria y apenas se mueve de la silla. Solo cambia de postura cuando agacha la mano para coger la botella de agua que deposita en el suelo.

Nadie sabe hasta ahora donde se hospeda el matrimonio Urdangarin durante estos días. Se le ha intentado perseguir para localizar su refugio, pero con poco éxito. Se cree que residen en la vivienda de un amigo en la Bonanova.