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Opinión: Y el divino Matas dijo "páguese", por Matías Vallés

Por primera vez en la historia se desvela una trama de corrupción concebida en un palacio real, jugando al pádel en Marivent

Pepote mostró la firmeza y convicción de un Bárcenas, al confesarse y denunciar a sus superiores.

Contemplar a los titiriteros del caso Infanta, enseñándole al mundo cómo se gobernaba Balears, es más pernicioso para los niños que un violento espectáculo de marionetas patrocinado por Manuela Carmena. Conste pues que aquí solo se transcriben vergüenzas ajenas, no sea que un juez celoso pretenda encarcelar este comentario.

Todos los títeres y titiriteros del caso Infanta siguen en libertad. Un pletórico Pepote Ballester regateó con soltura, para copar el protagonismo del primer festejo con picadores. Confesarse autor de delitos no es plato de gusto. El medalla de oro en Atlanta mantuvo una dignidad mallorquina, ni lacrimógeno ni arrogante. Mostró la firmeza y convicción de un Bárcenas, al asumir la culpa y denunciar a sus superiores. Proporcionó un diluvio de titulares, sintetizados en la evocación de una frase de Jaume Matas:

-Paga, mi preocupación es ganar las elecciones del domingo.

La generosidad infinita con el dinero ajeno del gobierno regional más corrupto de la historia de España. No solo el público infantil reparará en que el divino Matas había sustituido el "hágase" por el "páguese". O en que la llegada al poder del segundo Pacto de Progreso en 2007 evitó que se ahondara en los pagos injustificados, y permitió que afloraran. Para generar a continuación una corrupción propia, pero eso es otra historia.

Pepote cumplió con su parte del trato con la fiscalía. El genérico "no se discutía lo que decía el presidente" marcó la era más negra de la vida política de Balears. Hasta el propio "señor Matas" está dispuesto a reconocerlo. Pero lo hará con su estilo marrullero, entregando palacetes a medias, confesando delitos a medias, aceptando responsabilidades a medias. ¿Qué tipo de persona niega haber disputado un partido de pádel que confirmarán los otros tres jugadores?

Matas contamina todo lo que toca, sin olvidar que en Ballester encontró un socio dócil. Por primera vez en la historia se desvela una trama de corrupción concebida en un palacio real, y el ministro de Aznar no podía faltar en el partido de pádel jugado en Marivent en 2003. Juró que demostraría su ausencia, otra de sus incontables mentiras. Hubo una segunda conspiración palaciega en esta historia, ahora en La Zarzuela. Allí se urdió el famoso cortafuegos para que la Infanta no fuera imputada. Enhorabuena, y conste que el equipo de Felipe VI no mejora a sus predecesores.

No habría confesión de Pepote sin una década de investigación de Pedro Horrach. El fiscal se mostró premioso, ajeno a las cámaras, dueño de la situación. El rosario de confesiones pasadas y futuras lo han metamorfoseado de primer violín del proceso en director de la orquesta. Marcando los tiempos al regatista olímpico, avanzó notablemente hacia una demostración de sus tesis. En ocasiones, el acusado parecía exasperarse por la aparente lentitud en la comprensión del acusador, que tallaba en realidad una declaración sin resquicios.

Los presuntos delincuentes huyen en desbandada, hasta el numantino menorquín Diego Torres masculla que no pretende un pacto "ahora mismo". Mañana será otro día, Iñaki Urdangarin busca seis millones de euros para guarecerse en otra treta que los políticos han diseñado para no llegar nunca a la cárcel. Los ladrones de guante blanco se salvan devolviendo el dinero que se les acusa de haber sustraído. Dado que en la mayoría de casos se han apoderado de cantidades superiores a las demandadas, robar a lo grande seguirá siendo una actividad rentable con riesgos asumibles.

Incluso una década después, es duro contar la verdad sobre el divino Matas con su aliento en el cogote, a un metro de distancia y dándole la espalda. O explicar cómo un Iñaki Urdangarin que presumía de haber roto con Nóos, pero que seguía actuando como recaudador del Instituto, se transformó de amigo en ávido acreedor. Todavía resulta más áspero confesar ante la mirada atónita de los mallorquines, que no solo pagaron sino que confiaron en aquel Govern por mayoría absoluta. Ballester enlazó ayer con Kurt Viaene. El cargo intermedio del conseller José Juan Cardona expresó ante la misma audiencia, y frente a una de las magistradas del caso Infanta, su disposición a acabar con la pesadilla, entrar en la cárcel y redimirse lo antes posible con la sociedad.

La jornada de juego limpio vivida ayer supondrá una excepción. La mayoría de los acusados no solo se creen con derecho a percibir lo que saquearon, sino que se maravillan de no seguir cobrando ahora mismo. Con las mismas tarifas.

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