Tras dos años seguidos con incrementos que alcanzaron e incluso superaron el 20%, los concesionarios de Balears estiman que 2016 volverá a ser un ejercicio positivo para al sector, aunque ya con una evolución al alza algo más moderada y que se moverá en torno a un 10%, según destaca el presidente de la patronal Aseda, Andrés Vidal. Como primer indicio, se señala el aumento que se está dando en la demanda de las grandes empresas de alquiler, que están optando por renovar parte de su flota parta hacer frente al incremento de la clientela que se espera durante una Semana Santa que llegará antes de lo que suele ser habitual.
La mejoría en el sector dedicado a la venta de vehículos se está sustentando principalmente en la buena evolución en la demanda de particulares, que en el caso de las islas se explica en buena medida por unas excelentes temporadas turísticas y por el crecimiento que ha conllevado en los ingresos de muchas familias, pero también aparece en la demanda de las empresas, y en este aspecto, se pone de relieve el proceso de renovación de flota que se está detectando en el sector del rent a car.
En este último caso, este impulso se detecta ya en los encargos realizados desde las grandes empresas de alquiler de vehículos, que están renovando parte de su flota para atender la demanda de los visitantes que se esperan para Semana Santa. Desde Aseda se apunta que esta renovación es parcial y que los pequeños rent a car todavía no se han incorporado a esta tendencia, ya que las estimaciones apuntan a que estos último no pondrán en marcha este proceso hasta abril, con el fin de estar listos para el inicio de la temporada alta en mayo.
Hay que tener en cuenta que la renovación de estos vehículos se ve favorecida por el hecho de que el incremento en la demanda por parte de particulares está afectando también a los automóviles de segunda mano, lo que permite a los rent a car dar salida a sus coches usados para adquirir otros nuevos.
Demanda de particulares
Respecto a las adquisiciones realizadas por particulares, Andrés Vidal reconoce que enero ha sido un mes "raro y poco significativo". La explicación es sencilla: al cierre de cada año se producen muchas ofertas para dar salida a los automóviles en stock, lo que hace que se desplacen a diciembre compras que inicialmente querían hacerse durante los primeros meses del ejercicio siguiente, rebajando así el volumen de ventas en la entrada de un nuevo año. Pese a ello, el presidente de Aseda destaca que las perspectivas para 2016 son muy buenas también en el caso de la demanda de particulares.
En este aspecto, se destaca que a favor de esta tendencia está jugando no solo la mayor entrada de ingresos en muchas familias de la mano de unos buenos resultados durante las últimas temporadas turísticas, sino también el impulso que las entidades financieras están dando a la concesión de créditos al consumo, lo que facilita el acceso a los fondos del que suele ser el segundo gasto más importante que realizan las familias (tras la adquisición de la vivienda).
El hecho de que para este ejercicio se estime una desaceleración en el crecimiento de la demanda se explica precisamente porque las tasas de los últimos años han sido muy relevantes: en 2014 se obtuvo un aumento del 20% aproximadamente en las ventas de automóviles, y 2015 se ha cerrado con un alza del 26%, lo que coloca a las islas entre las zonas del país en las que está recuperación está resultando más intensa.
Un dato que se pone de relieve desde la patronal balear es que los citados porcentajes son en apariencia muy considerables, pero hay que tener en cuenta que la compra de coches ha sido uno de los capítulos del consumo que ha registrado caídas más importantes a lo largo de la crisis económica, por lo que estas subidas se producen partiendo desde muy abajo, lo que explica que las tasas de la recuperación alcancen el citado 20%.
Pero desde el sector se admite que resulta muy complicado mantener ese ritmo al alza, de ahí que las estimaciones para 2016 se muevan en niveles muy importantes (el crecimiento antes señalado del 10%), pero apreciablemente inferiores a los de 2014 y 2015. Según la patronal balear, si el pasado ejercicio se cerró con unas 30.000 unidades vendidas en el archipiélago, las estimaciones con la que se trabaja señalan que esta demanda crecerá hasta estabilizarse entre los 35.000 y las 40.000 vehículos anuales.
