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La lucha con los grandes como mayor problema

El sector ve en la competencia y en la obsesión por el precio de los clientes sus principales obstáculos

Cuando se pregunta a los empresarios del pequeño comercio de moda sobre los factores que más están limitando el crecimiento económico de este sector, dos destacan por encima del resto: la competencia de las grandes superficies y un consumo todavía débil debido a la obsesión de la clientela por los precios ajustados.

El más importante es el de la "competencia desleal", esgrimido por un 31% de los encuestados por la patronal Afedeco. En este aspecto, el argumento más reiterado es el problema que supone tener que hacer frente a la competencia que realizan las grandes empresas, de las que reprochan las ventajas que éstas tienen en las aperturas durante los domingos y festivos así como en la realización de promociones y descuentos durante todo el año.

Precio sobre calidad

En un 22% de las respuestas se señala como otro factor fundamental que limita la recuperación la debilidad que todavía muestra el consumo, con un aspecto clave: los clientes han convertido el precio en el elemento más importante a la hora de realizar sus compras, algo que se valora incluso por encima de la calidad del producto, según se afirma. En este aspecto, hay que recordar que desde el sector se reconoce que la mayoría de los isleños sigue sin acceder a mejoras salariales, lo que explica este fenómeno.

Un factor que también se destaca en un 16% de las respuestas es el exceso de impuestos que se soporta, y en este sentido también se apuntan los costes de la Seguridad Social para los autónomos.

Las dificultades de financiación son expuestas ya por una minoría de los empresarios consultados, y solo son esgrimidas por un 5%, y un 4% critica la falta de servicios autonómicos y municipales, apartado éste en el que se da una especial relevancia a la escasez de plazas de estacionamiento.

Un 22% de los encuestados apunta además otros aspectos, como la competencia de las ventas por internet, la falta de adaptación a los nuevos tiempos de muchas tiendas y la meteorología. Este último punto aparece especialmente señalado a la hora de explicar los malos resultados que se han obtenido durante las ventas invernales y la campaña de rebajas, al considerar que ha frenado la compra de las prendas de más abrigo y de mayor precio.

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