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Son Espases

La última trinchera

Son Espases realiza cada día operaciones muy complejas que solo se hacen allí gracias a equipos multidisciplinares - Antes se diferenciaba entre las enfermedades que se podían operar y las que no - En Mallorca hoy se puede operar casi todo - Y lo que no se hace es por una escasa demanda que impide la especialización y que aconseja derivar al paciente a otro centro

Una imagen de una intervención de cirugía cardiaca llevada a cabo en Son Espases en la que participan hasta seis especialistas. HUSE

Ajeno al ruido mediático de las listas de espera, hechas públicas esta semana, el hospital de referencia sigue realizando cada día intervenciones de gran complejidad que requieren de la participación de muchos profesionales muy bien formados. Se trata de operaciones que, en la sanidad pública, solo se realizan en Son Espases, centro sanitario que se erige como la última trinchera de los baleares frente a patologías de complicado abordaje.

José Valdivia, subdirector quirúrgico del hospital de referencia y anestesista de formación, no quiere dejar escapar esta oportunidad para dar a conocer a la opinión pública "el nivel técnico de los equipos quirúrgicos de Son Espases y la complejidad de la asistencia que recibe".

"Somos el centro de referencia, esto es, que solo se hacen aquí en la sanidad pública, en operaciones de cirugía pediátrica, cirugía cardiaca, maxilofacial, neurocirugía, cirugía torácica, plástica, vascular y traumatología infantil", enumera el doctor Valdivia, que también resalta que el centro de la carretera de Valldemossa es el único que dispone de un oftalmólogo de guardia presencial las veinticuatro horas del día los 365 días del año.

"En el primer semestre de 2015 realizamos un total de 4.500 intervenciones complejas -en torno a las diez mil en un ejercicio completo, acota- de las que 671, un 15% de ellas, comenzaron a primera hora de la mañana y no terminaron hasta bien entrada la tarde. Se alargaron de media por espacio de unas ocho horas", resalta el subdirector quirúrgico.

"Y una operación a un paciente oncológico con metástasis se puede prolongar durante 11 horas", añade Carlos Mora, jefe de los anestesistas de Son Espases. "El crecimiento demográfico de las islas unido al envejecimiento de la población hacen que la demanda crezca de forma imparable y eso implica unos retos técnicos y de formación para los profesionales que realizan este tipo de intervenciones", prosigue el subdirector quirúrgico, que quiere resaltar que la complejidad de estas operaciones provoca que los sanitarios que las hacen posible tengan que trabajar al límite cada jornada.

"No damos ningún caso por perdido", recalca Valdivia, que recuerda que mientras antes se hablaba de dos tipos de enfermedades, las que se podían operar y las que no, hoy en día se opera casi todo: "El gran avance de la medicina ha sido liquidar este tópico".

El jefe de neurocirugía de Son Espases, Javier Ibáñez, toma la palabra para defender la existencia de centros de referencia a los que remitir a los pacientes cuyas patologías o bien sean raras o cuya incidencia en una población de las dimensiones de Balears imposibilitan que exista una demanda suficiente como para que los sanitarios de Son Espases se puedan especializar en su tratamiento y adquirir la pericia necesaria para intervenir con todas las garantías a los ciudadanos de las islas.

"¿Qué preferirías? ¿Desplazarte a un hospital de la península con la incomodidad que eso conlleva para ser operado con todas las garantías por un equipo de profesionales avezado y diestro en ese tipo de intervenciones o ser tratado aquí por unos sanitarios que abordan tu enfermedad una o dos veces al año?", traslada la pregunta a la opinión pública el doctor Ibáñez, que no tiene la menor duda en apostar por centros especializados de referencia para abordar algunas patologías con más éxito.

Y no solo a nivel nacional, sino incluso europeo: "Probablemente será más conveniente derivar a un paciente a Praga o a Suiza para ser tratado con una terapia de protones que desarrollar estos tratamientos en nuestro país", apunta el neurocirujano, que no duda en cambiar un poco de incomodidad para el paciente para conseguir una mayor excelencia sanitaria.

Tanto Ibáñez como Claudia Marhuenda, jefa del Servicio de cirugía pediátrica, se congratulan de que sus respectivos departamentos cumplan con los parámetros establecidos por la OMS de población ideal a la que atender: "La OMS aconseja un cirujano pediátrico por cada cien mil habitantes y somos nueve en el servicio. Solemos desplazarnos a Eivissa a hacer intervenciones de cirugía mayor ambulatoria sin ingreso, pero a todos los niños menores de un año los tenemos que operar aquí porque requieren ingreso tras la intervención", explica algunos pormenores de su actividad Marhuenda, que recalca que la cirugía neonatal solo se hace en la sanidad pública ya que Son Espases cuenta con UCI de neonatos y "es necesario contar con un equipo bien preparado para, por ejemplo, poder anestesiar sin problemas a un bebé prematuro de 700 gramos de peso".

Preguntada sobre qué tipo de intervenciones de su especialidad le provocan más quebraderos de cabeza, la jefa de cirugía pediátrica habla de los tumores en general, que requieren de la intervención de un equipo multidisciplinar en el que, lógicamente, no faltan los oncólogos infantiles. Pero también revela que el servicio de Obstetricia puede llegar a hacer cirugía fetal y que su propio departamento hace cirugía torácica laparoscópica (mínimamente invasiva) con niños menores de un año que han nacido con alguna malformación pulmonar o resalta que Son Espases, junto al Vall d'Hebron barcelonés, sean los únicos que utilicen la cirugía robótica para patologías urológicas.

La anestesia, básica

Carlos Mora barre para su casa y asegura que la Anestesia es la especialidad que permite que las técnicas más complejas se puedan llevar a cabo. Así, revela que su equipo de 54 anestesistas del hospital de Son Espases se forma y se especializa en función de las diferentes técnicas quirúrgicas en las que van a intervenir. Nueve de ellos están especializados en cirugía pediátrica, seis en cardiaca, otros tanto en torácica y diez en reanimación, porque el manejo de un paciente frágil, con patologías asociadas y, en muchas ocasiones, descompensadas tras salir de una complicada intervención, es una de sus tareas más complicadas para un anestesista. "Las anestesias más complicadas son la neonatal, la cardiotorácica y la reanimación", clasifica sus tareas más peliagudas.

Javier Ibáñez, tras ufanarse de que Son Espases "cuenta en estos momentos con los mejores recursos tecnológicos del país, estamos muy bien dotados", apunta que las dos especialidades que mejor definen a los hospitales de tercer nivel (de referencia dentro del sistema sanitario) son la neurocirugía y la cirugía cardiaca. En estas especialidades de Son Espases somos la última línea de combate tras la cual al paciente no le queda otro recurso".

No obstante, admite que "no podría hacer neurocirugía sin un equipo multidisciplinar detrás". Y como ejemplo pone un tumor en la base del cráneo que tuvo que intervenir recientemente. "La base del cráneo es la zona situada entre los huesos de la cara y el cerebro, un sitio muy crítico para tener un tumor. Tuvimos que operar a través de los orificios de la nariz con técnicas endoscópicas y con la imprescindible colaboración de otorrinolaringólogos. A través de la nariz metimos la cámara para ver y el instrumental para operar y a través de allí también sacamos el tumor, lógicamente en trozos por su tamaño. De esta manera evitamos una cirugía más desfiguradora (no hubo que abrir la cara para intervenir) y la recuperación del paciente fue más rápida", recuerda el neurocirujano esta operación que comenzó a primera hora de la mañana y acabó pasadas las diez de la noche, tras más de catorce horas en el quirófano.

"A mis internistas les aconsejo que se preparen como marines, que se acostumbren a ser duros y resistentes", bromea.

Estos profesionales quieren destacar que hay que huir del menosprecio que el balear acostumbra hacer de lo propio y poner en valor la labor quirúrgica que se hace en el hospital de referencia.

Ajenos a las demoras medias superiores a los cien días que la gente espera para pasar por el quirófano en esta comunidad -"hay listas de espera porque priorizamos", apunta Ibáñez-, estos profesionales quieren resaltar que las patologías preferentes y complejas no aguardan más de un mes desde el diagnóstico hasta que se entra en la sala de operaciones, que las malformaciones pediátricas se abordan en dos días como máximo y que el paciente puede estar bien tranquilo pese a que al día siguiente le espere el quirófano porque las estadísticas señalan que, en las últimas veinte mil intervenciones programadas, tan solo falleció una persona en la sala de operaciones.

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