Casi siempre acertamos, pero no siempre con tanta rapidez. El pasado domingo titulábamos que “Los hoteleros pidieron al PP que dejara gobernar a Armengol”. Esta exclusiva generó el escepticismo de las grandes verdades, los empresarios prefieren un Govern en minoría de sus amigos socialistas a la intromisión de Podemos. Pues bien, los incrédulos pudieron comprobar el miércoles cómo Rajoy garantizaba a Pedro Sánchez el apoyo de los populares a los socialistas en los ayuntamientos y comunidades que gobierna la izquierda, empezando por Balears. Por supuesto, a cambio de que el PSOE se retrate en la investidura madrileña de la derecha. Presa de la desesperación, el presidente en defunciones atiende la recomendación de los titanes turísticos.
Somos un pueblo insuficientemente preparado para la farsa, pero saboreen la estampa de Rajoy aplaudiendo a Francina Armengol. Imaginen el desasosiego de la portavoz Marga Prohens, obligada a diario a elogiar y a votar las propuestas de un Govern socialista. Tendría que desempolvar sus orígenes como nacionalista de izquierdas en Campos. Sin embargo, el presidente del Gobierno en ficciones ignora que el gambito de los hoteleros tiene una traducción estatal, muy perjudicial para sus intereses. A saber, la presión del empresariado sobre el PP, para que facilite mediante la abstención un Gobierno constitucional de PSOE y Ciudadanos. Y esta maniobra también la desvelábamos el pasado domingo. Los poderes fácticos persiguen la carambola de librarse de una tacada de Podemos y del líder del partido más corrupto de Occidente.
El calvario de Pere Batle en su jubilación no finaliza con la mamarrachada de Miami vice, en que se arrojaron 40 millones por el desagüe. La extinta Sa Nostra encabeza al menos otras dos investigaciones judiciales. Una de ellas corresponde a los préstamos millonarios regalados sin garantías al promotor inmobiliario mallorquín de costumbre. Y no olvide la declaración como testigo en el caso Infanta de Llorenç Huguet, el expresidente de la caja que ahora rige la Universitat donde los profesores llevan guardaespaldas y demandan a los alumnos, un nuevo hito en la libertad de expresión.
Un grupo de trabajadores del Parlament agradecen mediante estas líneas la intercesión de la baronesa Armengol, que ha frenado los impulsos estajanovistas de Vicenç Thomàs, el hombre que no pudo ser conseller ni president de la cámara. Además de aplacar a su nervioso lugarteniente y de guiar los pactos del indeciso Sánchez, la presidenta ha tenido tiempo para comer con Miquel Barceló en Vilafranca, donde se cuecen las cerámicas del genio.
Barceló inaugura doble exposición en París, a partir de marzo. La Bibliothèque Nationale albergará una muestra sobre Ramon Llull, titulada Ars Magna y organizada por el Institut luliano. El artista mallorquín también llega al museo Picasso parisino. El precio de es Sindicat de Felanitx, donde se baraja poner en marcha su fundación, asciende a cuatro millones de euros. Otro artista fundacional mallorquín, Joan Miró, ha visto su estudio reproducido en una galería londinense. La exhibición conlleva la venta de obra mironiana, entre cien mil y cinco millones de euros la unidad. Póngame un par.
Se me ocurre una fórmula curiosa para verse involucrado en un escándalo de apuestas tenísticas. Un allegado sabe que el campeón no va a emplearse a fondo, porque tiene un compromiso familiar inexcusable y ha de dejar el torneo a medias. Sin avisar al tenista, apuesta en su contra una cantidad significativa, trazable al lugar de nacimiento de ambos. El jugador no se empleó a fondo, pero su falta de combatividad no se debía a un argumento económico ni se benefició de un resultado impropio de su calidad. Sin embargo, la simultaneidad limita aquí con la causalidad. ¿Cómo acaba la historia? El allegado es expulsado del círculo íntimo por traicionar la confianza, pero nada borra la mancha informática.
Recuerden la frase al respecto de Roger Federer, “¿fue el jugador o su entorno?” Y sobre todo, tengan en cuenta que solo se soborna a ganadores, no tiene sentido pagar a quienes pierden por su propio pie. O mano. Además, la trampa puede consistir únicamente en dejarse ganar el primer set, para arrollar a continuación.
Agobiada el pasado verano por la presión turística sobre el litoral mallorquín, la artista Esther Olondriz realizó la obra de la que hoy ofrecemos un fragmento. Tomó cien postales idénticas de Portocolom encontradas en el rastrillo, les adjudicó el nombre de diversas playas y calas insulares, y a continuación les adjuntó el cartel de “completa”. En nativo, inglés y alemán. Todavía no las ha expuesto, pero ya ha recibido comentarios del tipo de:
-Eres una terrorista, tú lo que quieres es que no venga turismo.
En la playa -completa- es uno de los escasos empeños de arte útil para la comunidad. Este año será peor. La presión amainará cuando moleste a los turistas, solo ellos decidirán cuándo su número peca de excesivo. Los indígenas somos invisibles.
¿Ha cedido Javier Salinas, antes de marcharse, la iglesia más céntrica de Palma al Opus? El obispo ha desaparecido de las celebraciones lulianas, también se desmarcó el cardenal Cañizares. Dada su trayectoria, tiene guasa que el todavía titular de la diócesis mallorquina firme una carta pastoral titulada Cercant al’amic o l’amat. Siempre puede alegar que no es el autor, porque la ha redactado alguien que sabe escribir. Vean la prodigiosa La juventud, donde Michael Caine se merienda a Harvey Keitel. Vean La gran apuesta, la entenderán aunque no lo crean y la creerán aunque no la entiendan. Sobre todo, entenderán qué ocurrió en Sa Nostra.
Reflexión dominical mercadotécnica: “Rajoy advierte de que las elecciones dañan la marca España”.
