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Son Espases

"Tenemos la capacidad para trasplantar corazones"

Sáez de Ibarra, sucesor de Bonnín en cirugía cardiaca, sostiene que esta asistencia ahorraría dinero y molestias

José Ignacio Sáez de Ibarra es el responsable del servicio de cirugía cardiaca de Son Espases -hasta que se soslaye el trámite de su nombramiento oficial- y el heredero natural de la maestría del inolvidable Oriol Bonnín. Un servicio, no lo olvidemos, que se sitúa año tras año como el que mejor resultados cosecha del país.

Preguntado sobre cuál es la cirugía más dificultosa que ha de afrontar no duda en señalar a la de aorta torácica, "la tubería principal que transporta la sangre y el oxígeno al cerebro, al corazón y a otros órganos. Para que la gente lo entienda, es como ante una avería de fontanería, que hay que cerrar la llave general del agua. Aquí tenemos que hacer lo mismo para repararla, pero el problema es que sin sangre y sin oxígeno el cerebro y los tejidos se deterioran y sufren. A los 45 minutos de estar sin este riego las secuelas pueden llegar a ser graves", advierte.

"Este problema de riego lo solucionamos con una máquina de circulación extracorpórea que manejan los perfusionistas y bajando la temperatura del paciente hasta la hipotermia, unos 18 grados, porque a bajas temperaturas los tejidos y los órganos se conservan mejor", explica el cirujano, que añade que lo problemático de estas intervenciones, que se pueden prolongar desde las 4 hasta las 12 horas, es el daño que se puede ocasionar al paciente.

"Al estar el cerebro sin sangre se pueden producir ictus (infartos cerebrales) o comas. Y pese a que el paciente está monitorizado y controlado durante toda la intervención, la valoración neurológica definitiva solo se puede hacer con el paciente despierto", advierte.

Sáez revela que los 6 cirujanos del servicio realizan unas 520 intervenciones de cirugía cardiaca mayor al año, operaciones que requieren abrir al paciente y parar el corazón, y recuerda que cosechan los mejores resultados del país en esta especialidad: "Puedo contar a los pacientes que se nos han muerto en el quirófano con los dedos de una mano", se ufana.

Este cirujano se desmarca de sus compañeros en lo que a la idoneidad de realizar cirugía cardiaca infantil o trasplantes de corazón en Son Espases, procesos asistenciales que no se hacen aquí alegándose una escasa demanda.

Sobre la primera recuerda que el doctor Bonnín ya la hacía en la Miramar y que en las islas se pueden dar hasta 25 casos de patologías congénitas del corazón banales, cifra que en su opinión permitiría operarlos aquí y evitar de esta manera desplazamientos del paciente infantil y de sus padres.

Sobre los trasplantes, aporta el dato de que la Organización Nacional de Trasplantes ha fijado el "corte" para poder realizarlos en los 15 casos anuales y una población de 1,5 millones. "Aquí derivaremos a Barcelona entre doce y quince casos al año, cuando en esta misma ciudad o en Madrid, donde hay muchos centros que los hacen, la mayoría no realiza más de diez al año. Y te puedo asegurar que esto no le sale barato al IB-Salut, que tiene que pagar la intervención al Servei catalán así como el desplazamiento y la estancia del paciente y del acompañante en Barcelona durante varios meses hasta que aparezca un donante. ¿Tenemos la capacidad y el entrenamiento para hacerlos aquí? La respuesta es sí. Creo que ahorraríamos dinero y evitaríamos molestias a nuestros pacientes", concluye el cirujano.

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