Anda el Rey muy atareado en tareas reales, en eso de las consultas, que no es otra cosa que entrevistarse con los líderes políticos para que le digan lo que ya sabemos todos: que no se ponen de acuerdo para nombrar presidente y esto no hay quien lo gobierne. Pero con el Rey en asuntos reales, el turismo se quedó sin uno de sus mejores embajadores, para decepción de un sector que le considera el reclamo internacional perfecto para Fitur. Las consultas se lo quedaron. Y la feria recibió con honores a la otra embajadora de relumbrón y fotos de impacto global, la Reina. Mientras su marido recibe políticos, ella se fue a cortarle la cinta a la feria. Aunque sin discurso. No dijo ni mu a la concurrencia.

La periodista Letizia Ortiz ya no existe. Hoy la llaman Doña Letizia, es Reina, y en casa Borbón se ve que las mujeres no hablan. Ni deciden. Si hacemos caso al fiscal defensor del caso Nóos, las reinas e infantas de España solo sonríen, así que la presentadora más prometedora del Telediario se ha convertido en algo parecido a la azafata del Telecupón. Con lo que estreno mudo. Al menos en lo que se refiere al discurso oficial, que en las distancias cortas la Reina pudo usar un encanto que obró el milagro de hacer que la presidenta Francina Armengol se pareciese en algo al expresident José Ramón Bauzá: fue ver a la Reina y la líder socialista y republicana se le puso una sonrisa de oreja a oreja de lo más monárquica y vasallesca. Milagros de la corte.

La comitiva real esquiva las islas, pero se lleva piruletas de los Escarrer y felicita el cumpleaños a la familia Meliá

Hace un año por estas fechas, Bauzá lograba su hito anual: meter a los Reyes de su amada España en un pabellón por el que no tenían previsto pasar, el de Balears. Pero con el president súbdito devenido lo que sea que es ahora, nadie se tomó la molestia de secuestrar a la Reina. La Reina muda ya no tiene quien la capture. Así que ella pasó de largo, a cien metros del pabellón balear. Sí vio, sin llegar a entrar, cuidado, el de Cataluña, que por cierto, en Fitur, sigue estando dentro de España. Y no solo eso: Cataluña es lo primero que se ve al entrar en España. Como se entere Más se va a Andorra con el dinero de Pujol. ¿O era de los catalanes? Es igual, el caso es que la Reina Letizia no vio Balears ni de lejos. Pero las islas siguen en su corazón, seguro. Por si alguien lo duda, la Reina se acordó incluso del cumpleaños de Meliá. La cadena hotelera cumple 60 veranos, 30 desde que estrenó su primer hotel internacional, en Bali. Y Letizia Ortiz felicitó a los Escarrer. A pie del stand de Meliá le esperaban los dos Gabriel Escarrer, padre e hijo, también muy sonrientes para la ocasión, que la corona da sonrisa. La Reina regaló buenas palabras y ellos le ofrecieron piruletas de chocolate para sus niñas princesas (o infantas, que no me aclaro). Ella las aceptó con una sonrisa arrebatadora, que la tiene. Y a otra cosa silenciosa.

Hidalgo pilota en un Fitur en el que ni la ecotasa evita el pleno de hoteleros

A la comitiva real también la aguardaba a pie de stand Hidalgo, tipo recio que concede sonrisas solo cuando las siente salir del pecho, no de la cartera. Por eso cuesta menos imaginarlo en un duelo al sol de película de John Ford que en un baile de máscaras a lo Versalles. Pero allí estaba, esperando con más humor que paciencia. Y sin sonrisa impostada. Y aun así, la Reina al final sí se detuvo a ver el puesto que horas antes había abierto la más diligente del lugar, María José Hidalgo, la primera en llegar ayer al trabajo. Era día grande. Igual venía la Reina a repartir sonrisas al espacio de Air Europa, que con realeza y sin ella es de los más pintureros. A los mandos, el propio Hidalgo, que rompió el protocolo con doña Letizia y se animó con el simulador de vuelo que preside el pabellón. Aunque ayer andaba ocupado, como todos: en esta feria no falta nadie. Están todos los grandes, de Simón Pedro Barceló a los Escarrer, pasando por los Piñero (padre e hijas), Horrach, Planas, Marí, González, Caldentey, Mir, Subías... Así hasta doscientos , que ni la ecotasa enfría las ganas de hacer negocios en un sector que sigue de fiesta.

Lo celebraron ayer con los editores de Preferente, una revista que cumple 25 años y, para la ocasión, reunió en una comida a todo el que que pinta algo en el mundo del turismo. Menos a quien manda: no estaban invitados ni la presidenta Armengol ni el vicepresident Barceló, que hacen poca gracia a los señores de los billetes y las corbatas, empeñados como están Armengol y Barceló en ponerles impuestos y proponer que la riqueza de los demás se redistribuya entre los de menos. Los muy rojos. Se habrán creído que están en Cuba. Que para algún empresario turístico, se puede ser rojo, pero lo de demócrata es un exceso...

A los ingleses les hablaron español, y a los españoles, catalán

Mañana les hablo del stand, que es tan chulo que merece un mimo, pero hoy no hay sitio. Es más urgente hablar de lo más interesante de la rueda de prensa que dieron en Fitur la presidenta Armengol y el vicepresident Barceló: hablaron en catalán para el público español. Es lo mejor que pasó. Imaginen el resto. Aunque tiene guasa. Los dos políticos viajan a vender Balears en Madrid, solo que lo hacen en catalán. Que está muy bien, el problema es que a diferencia de los catalanoparlantes de Mallorca los castellanohablantes de Madrid no cazan una en el resto de idiomas españoles. Con lo que Armengol y Barceló no vendieron en Madrid más que la sensación de que no querían ser entendidos. ¿Eso vende? Ante el electorado balear, quizá, ante el cliente que piensa en ir de vacaciones a la la isla, no parece.

Marcianadas de cada feria: en Londres hablaron en castellano ante los ingleses y en Madrid en catalán para los españoles. No me chilles que no te veo y así. Para corregir la situación, al final hicieron una repetición exprés en castellano para cuatro medios que lo pidieron, empeñados en entender a quien no quiere ser entendido. No hay quien entienda el reino de la Reina muda.