La vistilla en la que las acusaciones iban a pedir el ingreso en prisión del exdirigente etarra Aitor Elizarán fue ayer suspendida al recusar los padres de los guardias civiles Carlos Saenz de Tejada y Diego Salvá, las dos últimas víctimas de ETA, a la juez Carmen Lamela por asesorar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Al conocer que la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, que instruye una causa contra Elizarán y otros 4 dirigentes etarras por delitos de lesa humanidad, dejó el pasado viernes al etarra en libertad tras presentarse voluntariamente en el juzgado, los padres de los dos guardias civiles optaron por plantear la recusación de la magistrada.