El abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, volvió a mostrar su interés en que declaren los dos monarcas, Juan Carlos I y Felipe VI, como ya había solicitado en su escrito de defensa, si bien el tribunal lo rechazó en su momento porque entendió que no iban a aportar nada. Sin embargo, no se conformó. No explicó la causa de tal citación, sino únicamente que si el monarca había hablado de "ejemplaridad, estoy seguro que estas personas, una vez que se lo propongan, no declinarán la invitación". Lo cierto es que el abogado nunca utilizó la palabra ni rey ni monarca, los identificó como "el suegro o el cuñado de Urdangarin".

González Peeters mostró el cansancio que supone tantas horas encerrado en una sala discutiendo cuestiones de técnica jurídica. Y por ello protagonizó la anécdota de la jornada cuando confundió "heterodoxia procesal" con "heterodoxia sexual".

Pero mucho más confuso se le notó cuando no fue capaz de explicar con claridad los nuevos testigos que pedía y las nuevas pruebas. Se mostró demasiado dubitativo y tuvo que entregar el documento escrito que llevaba preparado para poder entenderle.

El fiscal Horrach se opuso a los testimonios que pedía la defensa de Torres. De hecho, acusó al letrado de intentar convertir el juicio en un reality show. Y citó el ejemplo del intento de llamar a declarar a Irene de Grecia, entre otros testigos. A González Peeters no le agradaron las palabras que utilizó el fiscal para desacreditar los testimonios que solicitaba. Insistió en que todas estas personas guardaban relación con los hechos. "La tesis que defiendo se compadece con la realidad", manifestó. Sobre los otros testigos propuestos por otros abogados, se aceptaron la mayoría.