Uno de los parterres que separan la carretera de Sóller del vial de servicio que da acceso al polígono de Son Rossinyol fue habilitado por la Policía para los periodistas que cubrían la entrada y salida de los acusados. La escasez de espacio obligó a los profesionales a colocarse con sillas plegables y subirse a escaleras para tomar las imágenes.