Desde que se tomó la decisión de que el juicio del caso Nóos se iba a desarrollar en el edificio del polígono de Son Rossinyol, la Policía ya empezó a trabajar sobre el operativo de seguridad. Y aunque todo esté prácticamente preparado para evitar cualquier incidente de orden público, hasta ayer mismo los responsables del operativo resolvían los últimos detalles.

Ningún responsable policial ha querido adelantar, como es lógico en este tipo de operaciones de seguridad, el número de agentes que se va a encargar de estas tareas de seguridad. Pero en cualquier caso se espera a más de cien agentes de la Policía Nacional, sin contar a los policías locales que se van a encargar de los problemas de tráfico, que es uno de los temas que más preocupan a los responsables del operativo. La Policía va a proteger tanto el interior como el exterior del edificio. No se va a permitir la entrada, ni siquiera el acercamiento al edificio, a ninguna persona que no esté acreditada. Y sobre todo, no se va a permitir que ningún espontáneo pueda acercarse, no solo a la infanta Cristina o a su marido, sino tampoco a los otros acusados. Precisamente, el matrimonio Urdangarin dispone de su propio equipo particular de protección. Estos funcionarios policiales se van a integrar en el operativo que se ha organizado.

Dentro de la Sala también se contará con la presencia física de varios policías. Dos de ellos tendrán la tarea de vigilar a uno de los acusados que está ahora en prisión. Los otros vigilarán la propia sala, a disposición del tribunal.

La presencia de público en la sala también está limitada. No cabrán todos los que intenten entrar. Solo hay espacio para 34 personas del público.