Jaume Matas dio ayer un paso adelante para llegar a un acuerdo con el fiscal Anticorrupción antes del inicio del caso Nóos, en el que se enfrenta a una condena de once años de cárcel. Y como muestra del interés que tiene en alcanzar este pacto, el expresidente, a través de su abogado José Zaforteza, presentó ayer un escrito en el que pone a disposición del tribunal que va a juzgar el caso la mitad indivisa del palacete de la calle Sant Feliuo, en Palma, su principal activo patrimonial.

Con este movimiento procesal de Matas es evidente que está dispuesto a confesar las irregularidades en el proceso de contratación del Instituto Nóos, que acordó tras las reuniones personales que mantuvo con el entonces yerno del Rey, Iñaki Urdangarin. Pero, sobre todo, quiere evitar una condena de once años de prisión, por lo que su abogado está negociando un acuerdo previo con la fiscalía. Un pacto que supondría confesarse culpable y entregar bienes patrimoniales para suavizar el perjuicio a las arcas públicas, pero que en ningún caso suponga una condena tan elevada como la que reclama en estos momentos la fiscalía Anticorrupción y el propio Govern balear como acusación particular.

Matas entrará el lunes en el edificio de Son Rossinyol acusado de los delitos de malversación, fraude, tráfico de influencias y prevaricación. El fiscal Pedro Horrach sostiene que la contratación de Iñaki Urdangarin para que el Instituto Nóos organizara los congresos turísticos, se hizo por orden personal del entonces president, saltándose todos los procedimientos legales establecidos. Y que después la administración balear no se preocupó por conocer el destino de cada céntimo de euro que se entregó al marido de la infanta Cristina, a pesar de la evidencia de que la organización de estos congresos no costó ni de lejos el dinero público que le entregó el Govern.

Matas solo puede entregar la mitad indivisa de su casa de la calle Sant Feliu que, por cierto, está hipotecada. La otra mitad figura inscrita a nombre de su mujer, Maite Areal. Esta casa, que en el año 2006 fue tasada en casi dos millones y medio de euros, dispone de una superficie de 597 metros cuadrados. Además, está situada en una de las zonas más caras de la ciudad, por lo que su valor podría ser superior.

La hipoteca actual sobre esta lujosa vivienda, que en estos momentos no ocupa el matrimonio Matas (que reside en otro piso en Madrid), alcanza la cifra de 484.552 euros.

En el escrito que presentó ayer el letrado Zaforteza se incide en la voluntad que tiene su cliente en reparar el daño causado, con la intención de que la acusación, o el propio tribunal, tenga en cuenta esta atenuantepara establecer la responsabilidad del exministro en el caso Nóos. El letrado ha acompañado el escrito, que fue ayer registrado en las oficinas de la Audiencia, con varios documentos que detalla las cargas que pesan en estos momentos sobre su lujosa propiedad. La casa está agravada con una servidumbre y un préstamo hipotecario. Aún así, el letrado entiende que ninguna de estas cargas reducen el valor del inmueble.

Pacto definitivo

Matas negocia desde hace mucho tiempo un pacto definitivo con la fiscalía Anticorrupción, pero que no se limite únicamente al caso Nóos, sino al resto de juicio que aún le quedan pendientes. El fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, puso la condición para negociar de que Matas devolviera el dinero y a partir de entonces se mostraba dispuesto a alcanzar un acuerdo. Matas ha asumido que va a volver a la cárcel, ahora o más tarde, pero que sea en un tiempo limitado, que podría ser de alrededor de tres años.