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El Rey abre las puertas de Marivent en su discurso de Navidad

Jean-Marie Rossi, Carmen Martínez Bordiu y la hoy recién casada Cynthia Rossi posan y actúan para este diario en la foto de Lorenzo, captada en Marineland en el único instante en que estuvo quieta la hija tremenda del entonces matrimonio francoespañol.

Qué se siente, al leer a la única persona satisfecha con el mensaje navideño de Felipe VI. Se han extraído tantas conclusiones contradictorias del lenguaje forzosamente críptico del Rey, que vamos a centrarnos en la única que nos afecta como mallorquines profesionales. El Jefe de Estado otorgó su aprobación a la apertura de Marivent al público.

Felipe VI anunció, desde el primer folio de su intervención, que había cambiado de emplazamiento. “Me dirijo a vosotros desde el Palacio Real”. El enunciado crucial para el futuro de Mallorca venía inmediatamente después, cuando el monarca sentenciaba que “este Palacio es de todos los españoles y es un símbolo de nuestra historia que está abierto a todos los ciudadanos que desean conocer y comprender mejor nuestro pasado”.

Sin más que sustituir a los caducos “españoles” por los boyantes indígenas, Felipe VI proclama que Marivent “es de todos los mallorquines y está abierto a todos los ciudadanos”. Al fin y al cabo, está tan deshabitado la mayor parte del año como el Palacio Real, y sería un contrasentido que no gozara del mismo tratamiento dispensado al inmueble madrileño por el monarca. ¿Dónde anida pues el problema, la dosis de vinagre indisoluble de esta sección?

Muy sencillo, la toma del palacio de verano enmarcaba la rebelión republicana de la izquierda mallorquina, una limitación del poder de la Corona. Si el Rey no solo autoriza sino que reivindica de buen humor la conversión de Marivent en un parque público, la conquista pierde toda su gracia. Se me han quitado las ansias de arrancar una rosa regada por los efluvios petrolíferos de los contenedores de combustible adyacentes. La visita ya no tiene morbo, aunque te reciba Letizia en delantal.

A propósito de símbolos, el canto de la Sibil·la mantuvo su austeridad dramática hasta que empezó a recibir galardones internacionales que destruirán su esencia, al igual que está sucediendo con la Tramuntana. Estas Navidades, los decoradores infectos han disfrazado a la cantante de yihadista al borde de un ataque de nervios. Puede servir para adaptarse a las religiones que vienen, pero preferíamos la túnica clásica sin aderezos.

El interludio musical nos traslada del palacio de Marivent al Episcopal. El denunciante del obispo de Mallorca ante el Vaticano ha explicado estas Navidades, a sus amigos, la interferencia del prelado en su matrimoniointerferencia del prelado en su matrimonio. Él, así le llama Javier Salinas, confirma la ratificación de su separación matrimonial. Sin embargo, solo tiene palabras de apoyo para su exesposa y exsecretaria del obispo, “a la que considero en gran parte víctima” del eclesiástico.

Siempre según el denunciante, “el motivo de nuestra separación no es otro que la brutal abducción a la que ha sido sometida por parte del obispo Salinas” su exesposa, “máxime cuando le advertí a él en dos ocasiones”. En cuanto al desenlace público del conflicto privado, “al hacer caso omiso de los dos referidos avisos decidí denunciarle ante sus superiores, lógicamente con aportación de pruebas”. El Vaticano sopesa la continuidad de un prelado que, voluntaria, consciente y avisadamente, se convirtió en el obispo particular de la esposa del aristócrata que era su anfitrión en numerosas fiestas excelentemente regadas.

Vayamos con el estamento laico. Cada cita tiene su momento, que no se corresponde necesariamente con el momento en que fue pronunciada. Por ejemplo, el wagneriano Matthias Kühn me confiaba en 1997 que “yo pago todos los impuestos”. Una de sus empresas aparece hoy en la lista de deudores de Hacienda, con casi cuatro millones de euros. Las citas acaban por encajar. Vicente Grande, líder mallorquín de la lista de deudores fiscales con treinta millones de su imperio, presumía de que “un apartamento de 50 metros en Palma costará un millón de euros”. Así cualquiera. Eran los tiempos en que el promotor me soltaba que “no puedo estar satisfecho de un proyecto si tú no lo has criticado”.

Solo hoy adquiere plenitud la cita de Luisito en Madrid, tras recibir las donaciones que le acaban de condenar a siete años de cárcel por estafa. “Soy más rico que Juan March”, se jactaba, olvidando que hay que ser March para comportarse como tal. En cambio, Ernesto Ekaizer siempre es pertinente. El periodista científico inclina ahora mismo la poderosa cabeza tras su conferencia, medita y ordena los eslabones:

-Los cuatro años de Rajoy han sido peores que los de Aznar.

Algún día contaré los entresijos de nuestra entrevista y reportaje exclusivos a la nieta más inteligente de Francisco Franco, donde aprendí cómo funcionaba la prensa del corazón. En efecto, hoy nos ilustran Jean-Marie Rossi, Carmen Martínez Bordiu y su hija Cynthia Rossi. El trío posa y actúa para este diario en la foto de Lorenzo, captada en Marineland en el único instante en que estuvo quieta la hija tremenda del matrimonio francoespañol disuelto años ha.

Hemos rescatado la imagen con motivo de la boda de una Cynthia Rossi más sosegada, cuyas nupcias han ocupado decenas de páginas en ¡Hola! Los gestos del anticuario y el interés de la nieta del dictador se dirigen exclusivamente a la cámara. Excelentes actores, presagiaban el fin de la espontaneidad en la actual era de Instagram. Las respuestas de Martínez Bordiu figuran entre las más certeras que he recibido en mi triste carrera. Rossi te trituraba la mano al estrechársela, y todavía no me atrevo a reproducir los comentarios de las reinas de la jet mallorquina sobre su anatomía. Veraneaban en un lujoso chalet de Sol de Mallorca, se pusieron a nuestra disposición una tarde entera. En cuanto a la entonces pequeña Cynthia, comprobé que la ley de Alfred Hitchcock sobre los rodajes infernales con niños o mascotas era extrapolable a las entrevistas periodísticas con idénticos protagonistas. Hablando de cine, vean 45 años, si superan esa edad.

Reflexión dominical obscena: “En Mallorca, un paisaje desnudo es más pornográfico que una persona sin ropa”.

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