El mensaje de fin de año de la presidenta del Govern, Francina Armengol, sólo contentó a su partido, el PSOE. Tanto las fuerzas de la oposición (PP, Ciudadanos y el PI) como los socios de legislatura de los socialistas, Més y Podemos, criticaron el contenido de un discurso que consideraron falto de "realismo" e inconcreto.

Desde Més, socio de legislatura y del Govern de Armengol, el portavoz parlamentario, David Abril, afirmó que estaba de acuerdo con "todo lo que dijo" Armengol en su discurso, pero criticó "todo lo que le faltó", en especial "el diagnóstico de la situación para conectar con los ciudadanos" y "la falta de trasmisión de valores de izquierdas, como la solidaridad y la igualdad".

Abril consideró que a Armengol "le faltó conexión con la realidad y con los ciudadanos", ya que "sin un diagnóstico de la realidad no se puede explicar que los cambios no se pueden hacer de un día a otro". A ello añadió que en el mensaje de la presidenta "no apareció la palabra cambio, sino la de mejoría de la situación económica".

Alberto Jarabo, líder le Podemos, afirmó que "nadie duda de las buenas intenciones de Armengol", pero "su discurso daba la sensación de lejanía con la gente y de una presidenta que va subida en un Cadillac descapotable desde donde intenta solucionar los problemas de los ciudadanos". A su juicio, el mensaje de Armengol fue "vago, cargado de buena voluntad, como una carta a los Reyes Magos", sin transmitir que "vaya a luchar por solucionar los problemas de los ciudadanos".

En este sentido, sostuvo que "Armengol se está esforzando mucho por solucionar estos problemas, pero se encuentra en una estructura, la de su partido, de la que le está costando salir". Además, afirmó que "es cierto que el Govern ha hecho muchas cosas y bien, pero muchas de esas cosas no hubieran sido posibles sin Podemos y la realidad es que al PSOE le ha costado mucho dar su brazo a torcer en cosas".

Desde la oposición, el PP lanzó la crítica más dura contra el mensaje de la presidenta, que en palabras de la portavoz parlamentaria popular, Marga Prohens, fue "muy pobre y alejado de la realidad". Añadió que "parecía más el discurso de investidura de alguien que aspira a la presidencia que el de quien lleva ya gobernando seis meses". Prohens sostuvo que Armengol "vendió como logros cosas que son la herencia recibida del PP" y afirmó que el Govern se ha caracterizado por "la imposición" y no por el diálogo, como presumió la presidenta. A ellos añadió que hasta ahora el Ejecutivo de Armengol "sólo ha aprobado derogaciones" de leyes y emplazó a la presidenta a impulsar medidas legislativas para crear empleo.

Xavier Pericay, líder de Ciudadanos, resumió el discurso de Armengol con una frase: "Muchas palabras y promesas y pocos hechos". Al igual que Prohens, rechazó que el diálogo sea una marca del Ejecutivo de Armengol, quien "se sigue moviendo en un terreno muy poco vinculado a la realidad", en especial en lo que se refiere a la situación económica".

Jaume Font, líder de El Pi, fue más suave con la presidenta. "Su discurso no fue malo, pero le faltó trascendencia", afirmó tras considerar que "le faltó adoptar una postura más institucional, como presidenta que representa a todos los ciudadanos".

Frente a todos ellos, la socialista Bel Oliver sostuvo lo contario. "La presidenta hizo un discurso muy realista, y se mostró muy consciente de la situación de los ciudadanos y dedicada a la solución de sus problemas", resumió la dirigente del PSOE.

Por otro lado, Marga Prohens se pronunció sobre la investigación judicial sobre la concesión del hospital de Son Espases y mostró su "máximo respeto a la justicia" y la "máxima colaboración del PP" para que "se llegue hasta el final con celeridad".