­Los familiares de Rafael Jiménez, paciente ingresado en la planta de Medicina Interna del hospital Can Misses, han denunciado que el personal de este servicio dejó al compañero con el que compartía habitación, ya fallecido, durante seis horas y media en la cama. El hijo y la nuera del enfermo que continúa ingresado interpusieron ayer por la mañana una reclamación en el servicio de Atención al Usuario ya que consideran "bastante grave" lo sucedido.

Atanasio Jiménez, hijo de Rafael, explica que la noche del 26 al 27 de diciembre se quedó su madre haciendo compañía a su padre. "Sobre las tres de mañana, escuchó que el hombre que estaba en la otra cama se ahogaba, y llamó a las enfermeras", indica Atanasio, que señala que su madre "escuchó expirar" al enfermo. El usuario asegura que su madre vio cómo "le retiraban la vía" a este paciente y "lo cubrieron con la sábana" antes de extender la cortina que separa las dos camas y "marcharse cerrando la puerta del cuarto". "La actuación del personal que estaba esa noche fue simplemente echar la cortina y dejarlo allí hasta las nueve y media", reza la reclamación. "Lo dejaron en la cama junto a la de Rafael Jiménez y su esposa", continúa el documento, al que el hospital debe contestar en menos de un mes.

Atanasio señala que su madre es mayor -"tiene 80 años"- y que se quedó tan bloqueada que no supo reaccionar. Afirma que cuando él llegó por la mañana, cerca de las ocho y media, se la encontró "prácticamente en estado de shock". "En ningún momento nadie le informó de lo sucedido ni le preguntó si estaba bien", critica la familia en la reclamación.

"Nerviosa y angustiada"

El hijo de Jiménez señala que su madre le ha explicado que el médico pasó a las seis y media de la mañana por la habitación, momento en que se certificó el fallecimiento del hombre que ocupaba la otra cama. Dos horas después, a las ocho y media de la mañana, cuando llegó él a hacerle el relevo a su madre, el cuerpo aún permanecía en la habitación.

Atanasio indica que al entrar en el hospital le sorprendió encontrar allí a los amigos del fallecido. "Nunca estaban tan temprano, solían ir más tarde a darle la comida", explica el reclamante, que afirma que fueron ellos los que le comunicaron que el hombre había muerto. Se dirigió a buscar a su madre a la habitación en la que está ingresado su padre, en la cuarta planta del bloque G. Al llegar y no encontrarla, el personal del hospital le dijo que había bajado a la cafetería, momento en que descubrió que aún no habían retirado el cuerpo del fallecido de la habitación, en la que estaba su padre. Jiménez pidió explicaciones: "Me dijeron que estaban esperando a que viniera un familiar".

Al llegar a la cafetería encontró a su madre "nerviosa y angustiada": "Me explicó todo lo que había ocurrido y que se había quedado bloqueada, sin saber qué hacer". Atanasio critica duramente la actuación del personal: "No es humano, ni para mi madre, que es una mujer mayor, ni para el fallecido".

Cuando madre e hijo volvieron a subir a la habitación pasaban de las nueve y media de la mañana: "Nos dijeron que se lo acababan de llevar a la morgue". El hombre quería pedir explicaciones al personal del hospital, pero le dijeron que era cosa del turno anterior, así que en ese momento no habló con nadie más.

La familia de este paciente lamenta la "falta de sensibilidad y humanidad" mostrada en este caso. Afirman que ni siquiera mejoró después de haberse llevado el cuerpo de la habitación: "Se quedó la cama libre, quitaron las sábanas y las dejaron hechas un montón hasta pasado mediodía". De hecho, le dieron el desayuno a Rafael con las sábanas del fallecido al lado de la cama, critican.