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Hoteles de lujo y marcas como Spanair, Marsans y Orizonia, entre los deudores

El estallido financiero mundial de 2008 y la crisis inmobiliaria larvado en España desde 2007 también se cobraron víctimas de renombre en Mallorca, donde el turismo que tanto gana ha sufrido algunos grandes dramas y fiascos. Un ejemplo es el del grupo Rustic Hotels, tercer mayor moroso de la isla, pese a detentar tres de los hoteles más bellos (el Palacio Avenidas, el Missió de Sant Miquel y el Portofino, en Ciudad Jardín), que el fisco no entiende de estética: según el registro de la Agencia Tributaria, la empresa de la familia Coll Englund debe 9,597.962 euros a esa Hacienda que somos todos.

En el caso del grupo Rustic, los hoteles siguen abiertos. No ocurre lo mismo con otras firmas célebres como Orizonia, que adeuda a Hacienda desde todo su conglomerado unos 20 millones de euros, a través de empresas como la propia Orizonia (4,7 millones), Iberworld Airlines (6,69), Viajes Iberia (8 millones) o Iberojet Viajes (1,55). Otras como Infomallorca aún han de abonar 1,53 millones, mientras parece claro que las arcas públicas nunca verán los millones de otras célebres de la historia de la isla, como las aerolínea Futura (2,97 millones) y Spanair (7,19), la naviera Iscomar (2,76), Estibadores Palmaport (1,22 millones) o la empresa del expresidente de la patronal Díaz Ferrán, Viajes Marsans, a la que el fisco le reclama 23,8 millones de euros.

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