El tema ya ha desaparecido de las portadas, pero el drama no se ha solucionado: los refugiados de la guerra de Siria continúan llegando por miles a Europa, en condiciones sumamente precarias. "La situación continúa siendo de emergencia humanitaria", narra la periodista mallorquina Vicky Bolaños Huertas.

"Llegan a diario una media de unos mil refugiados, aunque el domingo 13 de diciembre llegaron unos 2.000, por ejemplo, tanto de Siria como de otros países de Oriente Medio y África: el mal tiempo y la vigilancia de la policía turca, que controla las fronteras, no son disuasorios. Estas personas quieren llegar a Europa, encontrar seguridad, mejores condiciones que en los campos que hay en Jordania o Turquía y alejarse de la guerra, como haríamos cualquiera de nosotros".

"Trato inhumano"

Este verano esta joven comenzó a seguir las noticias de la crisis de refugiados así como "las idas y venidas de los países europeos negociando a cuántas personas que huyen de la guerra van a acoger" (se han acordado 160.000, pese a que la cifra de desplazados ya supera los cuatro millones, recuerda).

En noviembre vio por la televisión algo que le hizo tomar una importante decisión: "Era un vídeo en el que un guardacostas griego pinchaba una barca hinchable en la que viajaban niños y adultos; pensé que era un trato inhumano, busqué si había manera de contribuir a recibirles como personas y encontré la web lesvosvolunteers.com".

En este página explican cómo sumarse a los equipos de voluntarios que hay en la isla griega de Lesbos desde este verano, ya que los habitantes locales y las ONGs no dan abasto. Vicky echó un vistazo y decidió pasar a la acción: pasará en Lesbos las vacaciones de Navidad, desde el 25 de diciembre hasta el 9 de enero.

Tras escribir a varias organizaciones, finalmente irá a ayudar al campo de Moria, a pocos kilómetros de la capital, con la organización local Better Days for Moria. Allí se dirigen parte de los refugiados tras desembarcar en la isla mientras esperan (a veces hasta una semana) a poder registrarse oficialmente. Tiene capacidad limitada y cuando ya no cabe nadie más se ocupa, con permiso de su propietario, un olivar cercano.

"Como es de suponer, las condiciones son precarias", narra la periodista, que seguramente se incorporará al turno de noche: "Las barcas arriban a la costa de madrugada y hay que proveer a las personas que llegan de ropa seca, mantas, sacos, y todo lo necesario para la primera toma de contacto". Además, en Moria también hay un proyecto que atiende a los niños con el que le gustaría colaborar.

"Me voy a Lesbos y puedo llevar tu ayuda", anuncia la joven en su perfil de Twitter (@Vickybol). ¿Cómo hacerle llegar una aportanción? A través de la cuenta ING DIRECT IBAN ES74 1465 0100 93 1701256477. Si alguien prefiere donar a una organización más grande puede hacerlo a Proactiva Open Arms ; a los socorristas de Badalona, que han realizado múltiples rescates y han salvado cientos de vidas en el norte de Lesbos, o a la organización Dirty Girls of Lesvos Islands, un colectivo que recoge y lava la ropa de los refugiados, mantas y sacos para intentar paliar el impacto ecológico en la isla "reciclando".

Sabe que la experiencia será dura según comentan los voluntarios que ya han estado en el terreno y que quedan "profundamente impactados" ante las "sobrecogedoras situaciones" que han vivido los refugiados. Por ello, es clave un consejo básico:"Superar lo antes posible los sentimientos de tristeza, rabia e impotencia, porque hay que ayudar".

¿Cómo lleva su familia que en lugar de volver a casa por Navidad se vaya a ayudar a los que ni siquiera tienen hogar? "Después de saber que en Lesbos hay voluntarios de toda Europa, Estados Unidos y Canadá, están contentos de que aporte este tiempo allí", asegura, "los esfuerzos y la solidaridad intentan paliar las consecuencias de un desastre sin precedentes, pero creo que hay que ir a la raíz del problema, que es acabar con la guerra".

Como periodista que es, opina sobre el modo en que el tema ha desaparecido de las primeras planas: "Cuando se hace una cobertura mediática tan intensa de un tema creo que se acaba por cansar a la audiencia y los propios emisores de información prefieren centrarse en nuevas historias".

Sin embargo, prosigue, "la guerra en Siria continúa, la crisis existe y los gobiernos y los medios de comunicación deberían reflejarlo como tal". Concluye: "No podemos mirar a otro lado".