La profunda tristeza y preocupación que mostró ayer Luis Rodríguez Toubes, el joven estafador de Llucmajor, y su compromiso de que no piensa fugarse, fueron razones con el suficiente peso para convencer al tribunal de la Audiencia de Palma de que, hasta que no se pronuncie el Supremo, puede seguir en libertad. Los jueces rechazaron la propuesta de la fiscal María Moretó, a la que se sumó la acusación particular, que pedía su entrada inmediata en prisión ante el alto riesgo de fuga que existía. A pesar de que a finales de la semana pasada no se tenían noticias del joven Luisito, ayer cumplió el compromiso al que había llegado el fin de semana con su abogado. Dijo que el lunes estaría en la Audiencia, en la vista que había convocado el tribunal, y cumplió su palabra. El joven justificó que no había mantenido ningún contacto con su abogado Laureano Arquero porque, tras conocer por internet que se le había condenado a siete años de prisión, había preferido permanecer aislado, sin contacto con nadie, para poder asumir la gravedad de la situación que afrontaba. "No quería hablar con nadie", justificó.

La fiscal María Moretó pidió al tribunal su inmediato ingreso en prisión por varias circunstancias: el riesgo de fuga, su baja en las redes sociales y por no recoger las citaciones en el domicilio de su madre. Sin embargo, ante la posibilidad de que esta drástica medida no se adoptara, la acusación planteó una alternativa. Pidió que se le retirara el pasaporte para evitar que saliera de España, una presentación semanal, el bloqueo de sus cuentas bancarias (si las tuviera) y la orden de que no pudiera disponer de su patrimonio inmobiliario. Los abogados de la acusación particular, Eduardo Valdivia y Jaime Campaner, respaldaron también las medidas solicitadas por la fiscal, no así la defensa, que rechazó que Rodríguez Toubes tuviera medios o contactos para poder huir al extranjero y no afrontar la condena.

Luis Rodríguez Toubes mostró ayer una actitud muy distinta a la que representó durante el juicio. Su rostro reflejaba una profunda tristeza y una lógica preocupación. No había para menos. La sentencia que dictó la Audiencia le obliga a cumplir siete años de prisión. Y este estado de ánimo se reflejó durante la vista. Hasta en dos ocasiones rompió a llorar, muestra de que estaba mentalmente destrozado por el negro futuro que debe afrontar si finalmente se confirma la sentencia. El joven explicó que había abandonado todas las redes sociales porque recibía insultos de personas anónimas y por ello cerró sus cuentas. Pudo entre lágrimas explicar al tribunal que conoció la sentencia a través de internet y tuvo una reacción de desolación. Decidió aislarse y desconectar. Sin embargo, tras recapacitar habló con su abogado y en la noche del domingo regresó de Barcelona (donde reside en estos momentos con su pareja) a Mallorca, para asistir ayer a la vista. "Se trata de una reacción humana, lo mismo que la reacción presenciada por la Sala en el día de hoy, ello no puede interpretarse necesariamente como una voluntad férrea de fuga, sino más bien como una emoción incontenida ante la gravedad de la pena a la que se enfrenta", señala el auto en el que se rechaza su ingreso en la cárcel.

El joven reconoció también, por primera vez, que sufre problemas económicos y que su familia le ocurre lo mismo. A pesar del alto nivel de vida que ha mostrado en los últimos años y su obsesión por la vida de lujo, Luisito aclaró ayer que ahora no trabaja, ni dispone de medios de vida. Los gastos de su casa se los financia un amigo y subsiste gracias a la ayuda de sus padres, aunque tampoco pasan un buen momento económico.

Al tribunal le convenció más influencia la actitud desolada y preocupada de Luis Rodríguez Toubes, unido a su compromiso de que acataráa todas las decisiones judiciales, que el interés mostrado por las acusaciones para que el joven ingrese en prisión. Ninguno de los jueces cree que en algún momento haya tenido interés en huir de la justicia e incluso consideran coherente que se diera de baja de las redes sociales porque recibía insultos. También se valora que su condición de personaje famoso y mediático dificulta que pueda volver a cometer otras estafas. Estas razones son las que llevan al tribunal a rechazar la propuesta de las acusaciones. Por tanto, Luisito no ingresará en prisión. Se esperará a que el Tribunal Supremo revise su caso, ya que la defensa ha anunciado que va a recurrir la sentencia. El Supremo tarda una media de unos dos años en revisar una apelación. Si se confirma la sentencia, el joven estafador deberá ingresar directamente en la cárcel, aunque devuelva el dinero que estafó al matrimonio de Llucmajor. Mientras se revisa este caso en Madrid, Luisito no podrá salir de España. Deberá entregar inmediatamente su pasaporte y los lunes de cada mes debe presentarse en el juzgado de la ciudad donde resida. El tribunal ha ordenado el bloqueo inmediato de sus cuentas bancarias, aunque también se realizará una investigación para conocer el patrimonio a su nombre. Si dispone de inmuebles no podrá realizar ninguna operación inmobiliaria con estos bienes. El tribunal también le advierte de que tiene la obligación de comunicar cualquier cambio de domicilio, incluso cuando se marche de vacaciones.