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Viajar en Navidad

Más aislados que nunca

Los precios se han disparado un 18% de media en las últimas tres semanas, coincidiendo con el momento en el que más residentes vuelan y menos población queda en la isla - La falta de oferta hace que ya no haya sitio en vuelos directos a la mitad de grandes destinos de la península y el resto de Europa

Un avión toma tierra en el aeropuerto de Son Sant Joan, en una imagen de archivo. Pere Antoni Ramis

La insularidad y la falta de vuelos son problemas de impacto social tan amplio que los partidos no se han cansado de hacer promesas al respecto en campaña. Y solo en campaña. Como si la cosa nueva. Pero la realidad es que no lo es. Viene de lejos, y va a más. Lo ha comprobado este diario, que hace tres semanas se planteó un experimento con doble objetivo: ver cómo aprovechan las aerolíneas las fechas en las que más viajan los residentes de las islas y comprobar si realmente la insularidad es una barrera tan grande. La conclusión la tienen en el título: lo es. Y cada vez mayor. No es ya que los precios para volar en las mismas fechas (ida el 22 de diciembre, vuelta el 27) hayan crecido de media un 18% en solo tres semanas, es que en casi la mitad de las rutas nacionales y europeas auditadas la opción de volar ya ni siquiera existe: los asientos se han agotado. Con lo que vender, se venden.

El hecho constata algo que los empresarios turísticos de las islas y los residentes sospechaban: que en el eterno debate de si no hay más vuelos invernales desde Mallorca porque no hay demanda suficiente por parte de los clientes, o, por contra, como no hay demanda las aerolíneas renuncian a programar más vuelos, la realidad es que sobran ganas de viajar y faltan frecuencias de conexión aérea. De ahí las fulgurantes subidas de tarifas y la falta de plazas para moverse de la isla.

Al menos en las fechas en las que la sombra de la insularidad se alarga a la luz de las vacaciones y los viajes familiares. Es el momento en el que las aerolíneas lo tienen más fácil para sacar tajada de los residentes de las islas, que son en un 49% originarios de fuera del archipiélago, según datos del Instituto Nacional de Estadística. La situación sería cómica si no fuera por su impacto en los bolsillos: según los euros que cobran las aerolíneas, Berlín, Londres París y Bruselas están más cerca de Mallorca que Sevilla, Santiago, Asturias, Canarias, el País Vasco o incluso Valencia. Por eso volar a las capitales europeas sale por menos de 300 euros, pero acercarse a los principales destinos de la península supera siempre ese esfuerzo económico.

Quienes vuelan por una ruta mallorquina solo se libran de un golpe superior al de cualquier turista europeo si se desplazan a Madrid o Barcelona. Las dos grandes metrópolis españolas ganan cada vez más peso en la red de vuelos nacionales. Eso, explican en el sector, tiene un doble efecto. Por un lado hace que los precios de las rutas que conectan con Madrid o Barcelona sean más baratas, por puro efecto de la competencia. Por otro, la dependencia de los vuelos con escala es cada vez mayor. Pueden atestiguarlo los asturianos y los canarios, que tienen historias diferentes que contar. Los residentes asturianos que quieran volar a casa esta Navidad desde Mallorca, y no cuenten aún con reserva, tendrán que hacer escala y, encima, pagar más de lo que les costaba hace tres semanas volar directamente con alguna de las tres aerolíneas que llevan al país de la sidra. Los residentes de Mallorca que quieren darse al sol navideño de Canarias también deberán hacer escala de entre cinco y ocho horas en Madrid o Barcelona, pero en su caso el sacrificio en forma de tedio y espera aeroportuaria les ahorra 140 euros (pagan 222 euros, frente a 361 del mes pasado por volar en las mismas fechas).

Canarias es así, con Madrid y Barcelona, el destino más barato estas navidades. Aunque Madrid casi ha duplicado precio en un mes, de 119 a 211 euros, a la espera de que a partir del 9 de enero los precios de los vuelos de ida y vuelta se desplomen hasta los 30 euros, demostrando una vez la agilidad de las aerolíneas a la hora de sacar tajada de las rutas de Mallorca.

Turismo invernal

Y pese a todo la isla acaba su año de vuelo mejor de lo que lo empezó: la bajada de los costes de carburante de las aerolíneas (el petróleo está en mínimos) y el ligero aumento de la competencia hacen que esta Navidad viajar a la península sea un 1% más barato de media. Distinto es el caso de las conexiones con Europa, con las que se vuelve a demostrar que el problema no era de falta de demanda por parte de los clientes, sino de escasez de oferta de enlaces por parte de las aerolíneas. Este año la oferta invernal de plazas con el resto de países europeos ha crecido un 20%, y pese a ello ya no hay asientos para un viaje directo de ida y vuelta (el 22 y el 27 de diciembre) a capitales como Bruselas, Ámsterdam, Roma, Estocolmo, Oporto o Glasgow. Y eso que los precios en esos enlaces no paran de subir: esta semana eran un 20% más caros que hace un mes y un 30% más costosos que hace un año.

Así que el turismo de invierno funciona, pero eleva los precios y, de paso, aleja a los residentes cada vez más del continente. Al menos hasta que las promesas de campaña y sus tarifas planas y obligaciones de servicio público sean algo más que eso, promesas de campaña.

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