Los juzgados de Balears ordenaron el pasado verano 506 desahucios de inmuebles y locales en las islas, lo que supone casi un tres por ciento más de los practicados en el mismo período del año pasado, según datos facilitados ayer por el Consejo General del Poder Judicial.

Las estadísticas del tercer trimestre de este año (de julio a septiembre) en cuanto a consecuencias judiciales de la crisis contienen, no obstante, elementos positivos como el descenso en un 16,6 por ciento de las ejecuciones por impagos de hipotecas.

El verano del 2014 conllevó un repunte en las ejecuciones hipotecarias, que crecieron un 3,6 por ciento.

Las ejecuciones hipotecarias fueron en esos tres meses 413, mientras que en toda España se presentaron en el mismo período 14.735 demandas por impagos de préstamos con garantía hipotecaria. Las cifras nacionales también ofrecieron un resultado bueno porque la insolvencia en este tipo de préstamos hipotecarios disminuyo un 12,1 por ciento.

Otro indicador de la dureza de la crisis son las demandas por despidos, tramitadas por los juzgados de lo social. En Balears las pérdidas de puestos de trabajo atribuidas a la crisis descendieron un 7,3 por ciento en relación al mismo período del 2014. En cifras absolutas se tramitaron 511 despidos.

Las crisis de empresas y personas individuales forzadas por las insolvencias han bajado notablemente en las islas en los nueve primeros meses del año.

El descenso ha sido de casi 12 puntos en relación al año pasado y los concursos presentados han sido 127.

Sin embargo el verano trajo un aumento de este tipo de insolvencias de empresas.