"Ahí están los hechos. Otra cosa es la interpretación de esos hechos". Estas fueron las palabras ayer del obispo, Javier Salinas, sobre la información adelantada por DIARIO de MALLORCA el martes respecto a una relación del prelado con una integrante de su equipo. En una entrevista en la cadena Cope, el máximo responsable de la diócesis de la isla respondió a la acusación del marido de la exsecretaria para Relaciones Institucionales del Obispado sobre que había roto su matrimonio.

Salinas se basó sobre todo en la "interpretación" de un informe elaborado por detectives privados en el que aparecen "una serie de indicios", pero donde "no hay una conclusión", como destacó el obispo para defender su postura: "Yo en ningún momento tengo conciencia de haber actuado en contra de la doctrina de la Iglesia. Creo que siempre he actuado desde una actitud de confianza con aquellas personas con las que colaboro y de limpieza en nuestra relación".

Incidió en que "todo depende del cristal con el que se mira. La realidad es como es", apuntó el clérigo sobre las fotos y llamadas telefónicas que los investigadores incluyen en dicho informe, entre otros indicios. "Esas llamadas entran dentro de su misión y las he recibido yo, no realizado. Por otra parte, las fotografías que aparecen no dicen nada", según argumentó sobre un asunto que le ha llenado de "preocupación y dolor", lamentó Salinas.

También dijo sentirse afectado por la renuncia de su cercana colaboradora después de que su esposo presentase una denuncia ante Nunciatura y la Santa Sede. "Me supo mal aceptarla, pero la comprendí perfectamente", en referencia a que la secretaria dio el paso "por razones familiares, queriendo dejar bien claro cuál es su postura [...]. Era mejor dejar cada cosa en su sitio. Yo lo único que debo hacer es agradecerle el trabajo que ha realizado".

Ejerció durante algo más de un mes como secretaria del obispo para Relaciones Institucionales y le acompañaba en actos públicos y visitas a instituciones civiles, como la inauguración de la sede de Projecte Home, según detalló el responsable de la diócesis. "Era una profesional que podía ayudarme en la misión que tenía de relación con las instituciones debido a que venía del mundo de la acción pública", señaló.

Actos religiosos

Asimismo, acudió a dos eventos de carácter eclesiástico, "a Petra el día de la Acción de Gracias a Junípero Serra y a Lluc por los cien años de los Sagrats Cors", un acompañamiento que "no cayó bien a algunos miembros del clero", por lo que Javier Salinas decidió que no asistiese a actos religiosos. No obstante, opina que "sorprende que se hable del papel de la mujer en la Iglesia y, cuando una toma una iniciativa, parece que no es bien recibida", tal como arguyó ayer.

Respecto a su situación, tiene "un estado de ánimo como de shock", aunque asegura estar "convencido" de que ha actuado "correctamente". "He de intentar defender mi postura de forma honesta sin buscar la destrucción de nadie. He de aclarar las cosas y demostrar a mi comunidad que puedo y debo continuar esta misión", la de estar al frente del Obispado de Mallorca.

"Sin nada que ocultar"

Javier Salinas incidió en que no tiene "que ocultar nada" y citó a Maquiavelo cuando aconsejaba en El Príncipe que "el primer precepto es no fiarse nunca de nadie" para decir que él hizo todo lo contrario. "Me he fiado, he confiado y he actuado según mi criterio, pero se ha visto que la situación no estaba tan clara. Ha sido difícil y me sabe mal lo que ha ocurrido por mí y por las personas afectadas. Espero que busquemos una salida".

Respecto a la denuncia ante Nunciatura y la Santa Sede, ha hablado con el Nuncio y le ha aconsejado "calma, afrontar la situación, tener confianza e ir trabajando. Me ha transmitido un mensaje de confianza, no en el que pone en duda mi situación, sino de lo contrario, de seguir adelante. Esta libertad interior es importante para poder llevar a cabo mi misión". El obispo de Mallorca ha recibido además una gran cantidad de llamadas de apoyo, como concluyó.