"En la Iglesia hay pecadores y santos, y lo que debemos hacer es tener misericordia". Javier Salinas ha presidido esta mañana el oficio solemne de la Inmaculada en la catedral en medio de una gran expectación mediática y con escasa presencia de fieles.

La publicación por parte de Diario de Mallorca de que el Vaticano le ha llamado a consultas y baraja su salida de la diócesis por transgredir la doctrina de la Iglesia ha sobrevolado su homilía, aunque en ningún momento las palabras del prelado han concretado la situación que atraviesa.

Las continuas referencias al perdón y la misericordia que han salido de la boca de Salinas pueden interpretarse como una demanda para sí mismo. Ha reivindicado "el concilio Vaticano II en el que la Iglesia se aleja de la disciplina y manifiesta sus debilidades y apuesta por la misericordia". En un sermón que una y otra vez ha girado sobre el mismo tema ha reiterado que "hay que alejarse de la tentación de juzgar a los demás y hay que tener misericordia y ternura".