Alexander Romanov, el presunto jefe mafioso ruso detenido hace dos años en Mallorca, suplicó ayer al tribunal que le va a juzgar el próximo año que le deje en libertad provisional. Petición que planteó el reo, al cumplirse ahora dos años de su ingreso en la cárcel, a través de una videoconferencia desde el centro penitenciario de Palma, donde aguarda a ser juzgado. El juicio está previsto que se celebre el próximo mes de mayo en la Audiencia de Palma. El acusado se enfrenta a una propuesta de 17 años de prisión planteada por Anticorrupción.

A esta petición de libertad respondió ayer con su total oposición el fiscal Juan Carrau. Entregó al tribunal un documento oficial que demuestra que las autoridades rusas no extraditan a sus compatriotas cuando son reclamados por otro país, y tampoco les obligan a cumplir las condenas impuestas por tribunales extranjeros. Estos documentos los entregó para justificar su oposición a la medida planteada por la defensa al entender que existen muchas posibilidades de que Romanov, debido a sus contactos al más alto nivel político, pueda aprovechar que está en libertad para huir a su país y buscar protección. Recordó que Romanov había blanqueado en Mallorca 14 millones de euros procedentes de una organización mafiosa de Rusia, lo que evidenciaba su gran influencia en este grupo mafioso. "El riesgo de que pueda fugarse es elevadísimo", insistió Carrau, que recordó que la Audiencia en cinco ocasiones se ha pronunciado a favor de que Romanov continúe en prisión hasta que se celebre el juicio.

Por su parte, el abogado defensor Marcos García Montes comparó el caso de Romanov con el de otros imputados, en especial con Urdangarin. "Mi cliente siendo inocente lleva dos años en prisión preventiva, mientras que otros delincuentes con delitos mucho más graves no han pisado la cárcel ni un solo minuto". El letrado contestó al fiscal de que Romanov no tiene intención alguna de fugarse a su país. Quiere afrontar el juicio y demostrar que no es cierto que pertenece a un grupo mafioso, como sostienen los servicios secretos, sino que es un empresario con éxito que decidió iniciar una nueva vida en Mallorca e invertir el dinero en la isla. García Montes recordó que si Romanov hubiera aceptado el acuerdo que le planteó la fiscalía, que era una condena de cuatro años de cárcel, en estos momentos ya estaría en libertad. Sin embargo, anunció que su cliente quiere demostrar su inocencia y quiere hacerlo cuanto antes. Por ello, propuso al tribunal que acordara su libertad, retirándole el pasaporte y obligándole a comparecer todos los días ante las autoridades.

Romanov, una vez terminada la intervención del fiscal y de su abogado, afirmó que "no pertenezco a ningún grupo criminal ni conozco a nadie que forme parte de esta organización". Aseguró que el dinero que ha invertido en España lo ganó honradamente en Rusia, a través de varios negocios, y que nunca había tenido problemas ni con la policía ni con la fiscalía. "Mallorca es el sueño de mi familia. Decidimos iniciar una nueva vida en la isla y no renunciamos a nuestro sueño. Por ello invertimos gran parte de nuestro patrimonio en Mallorca con la compra del hotel de Peguera".

El supuesto mafioso, que está considerado por los servicios secretos como un especialista en el blanqueo de dinero, insistió a los jueces que desde que está en prisión su estado físico se ha deteriorado. Ha perdido 45 kilos de peso y, además, sufre problemas de espalda que precisan una urgente intervención quirúrgica. "Quiero demostrar mi inocencia y limpiar mi nombre y el de mi familia", insistió desde prisión.

En la vista estuvo presente la mujer de Romanov