La fiscal María Moretó solicitó ayer al tribunal que juzga al joven Luis Rodríguez Toubes, acusado de engañar a un matrimonio de Llucmajor, que le cedió todo su patrimonio, que condene al acusado a cumplir cuatro años de cárcel. Además, solicita que se declare la nulidad de las escrituras de donación que las víctimas firmaron a favor del joven. La acusación particular, que representan los abogados Eduardo Valdivia y Jaime Campaner, pidieron una pena de ocho años de cárcel por estafa, mientras que el letrado defensor, Laureano Arquero solicita la absolución.

Moretó inició su informe planteándose un duda: "¿Cómo es posible que dos personas maduras donen todo su patrimonio a un joven de 20 años sin causa que lo justifique?". Encontró la respuesta en la descripción de la personalidad de las dos víctimas, que se dejaron engañar por el joven. La fiscal rechazó, como sostuvo Luis en su descargó, que la pareja decidiera donarle toda su fortuna por ser "de la misma cuerda que ellos". Dijo que el matrimonio y el acusado no se parecen en nada. "A Luis le gusta la vida de lujo y el matrimonio, aunque sean millonarios, viven una vida muy austera". La fiscal reconoció las habilidades que tuvo el joven para engañar a la pareja para cederle todo su patrimonio. "Es un niño muy listo, con muchas habilidades sociales". Sostuvo que "Luis probó suerte y la verdad es que era un chico que les divertía. Urdió un plan aprovechándose de ellos". Recordó que antaño era habitual firmar escrituras y dejarlas en un cajón, y que por esta costumbre era lógico que las víctimas firmaran las cesiones, convencidas de que los documentos no se iban a utilizar. "La avaricia de Luis le delató. Si solo hubiera firmado las primeras donaciones, no estaríamos aquí, pero lo quiso todo y al final lo descubrieron".

Jaime Campaner, el abogado del marido, defendió que la sanción que se le puede imponer a Luis es "corta por la gravedad de la estafa". Incidió en que el joven ha dejado a las víctimas sin sus bienes, sin rentas para subsistir y con una deuda tributaria millonaria. "No los pudo dejar peor". El letrado reconoció que sus clientes tiene capacidad, aunque mínima, pero no son enfermos mentales. Sin embargo, se dejaron engatusar por el "pícaro del Siglo XXI. Primero generó confianza, después les provocó miedo a perder lo que habían invertido en la compra de la casa y por último les generó miedo". Campaner recordó que la condición de Luis de ser el nieto del médico del matrimonio le permitió lograr su confianza. "Luis no ha inventado ninguna modalidad nueva de estafa, pero he de reconocer que la ha mejorado", resaltó la acusación, que afirmó que tuvo la habilidad de imponer la ley del silencio para que no explicaran a nadie que habían firmado estas donaciones.

Su compañero Eduardo Valdivia también resaltó que desde el primer momento se trató de gran engaño, y que el joven se aprovechó del interés que tenía el matrimonio en comprar una casa que había sido de la madre de Luis. Resaltó la importancia que tenía el documento que les hizo firmar el acusado, por el que se establecía que la ingratitud no era razón suficiente para detener la operación de donación y cuestionó que en una decisión de tanta envergadura, ya que había 38 millones de euros en juego, no hubiera intervenido ningún abogado u otro asesor. Eso demostraba el interés del joven en que nadie pudiera advertir a las víctimas "que les había estafado y que las donaciones suponían la pérdida definitiva de todas sus propiedades".

Ternura, no confianza

El abogado defensor, Laureano Arquero, señaló que durante el juicio se ha producido una situación de presión para posicionarse a favor de las víctimas y en contra de Luis Rodríguez Toubes. Criticó que ahora no se cuestione la capacidad de los denunciantes y se señale que se trata de personas sensibles y muy influenciables, pero que al principio se intentó demostrar que ambos padecían una enfermedad mental.

El letrado afirmó que no se puede sostener que el matrimonio aceptó firmar estas escrituras de donación porque Luis les generaba "un clima de confianza "de tanta fuerza que les convenza para darle todo su patrimonio. "Luis puede generar ternura, lo confieso, pero confianza, desde luego que no. Era un chico que solo tenía 19 años de edad", recordó Arquero. En su informe para convencer al tribunal de que absuelva al joven de todas las acusaciones defendió que es imposible creerse que un "chico tan joven pueda imponer la ley del silencio a dos personas de más de 60 años". Por último, el letrado pidió al tribunal que no se deje influir por la apariencia del acusado a la hora de dictar sentencia