La Fiscalía ha acordado mantener su petición de cuatro años de cárcel para el joven que presuntamente estafó bienes por valor de 37,9 millones de euros a un matrimonio mallorquín, mientras que la acusación particular, ejercida por los afectados a través de los abogados Eduardo Valdivia y Jaime Campaner, eleva su solicitud a ocho años de prisión.

Así lo han expuesto este viernes durante la fase de conclusiones del juicio que desde el pasado lunes se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, en el que el Ministerio Público sostiene que el procesado, Luis Rodríguez Toubes, convenció a los perjudicados de que le compraran dos inmuebles contiguos a la vivienda del matrimonio que en realidad no eran suyos y, a cambio de hacerles un precio ventajoso y encargarse él de la operación ante el banco, le donasen todos sus bienes a fin de aparentar solvencia económica.

Tal y como ha expuesto la representante fiscal durante la lectura de los informes finales, los afectados "creían a pies juntillas lo que Toubes les decía", circunstancia que atendiendo "al perfil de los denunciantes, es perfectamente creíble". "Luisito es listísimo y con muchas habilidades sociales", ha llegado a espetar.

La fiscal ha incidido en cómo el matrimonio depositó su "confianza" en el acusado, aseverando que "no sólo llevan una vida austera, lo que se percibe en su vestimenta (él lleva boina). Si hubieran tenido más rango social hubieran podido comentar los hechos con más gente".

De hecho, el Ministerio Público sostiene que el procesado se aprovechó de la escasa formación cultural de los perjudicados para obtener un provecho patrimonial persuadiéndoles de que, con la adquisición de las fincas, ambos tendrían una de las propiedades más importantes de Mallorca por su extensión costera.

Al no disponer los afectados de la liquidez necesaria para la adquisición, el inculpado les convenció para que le donasen todos sus bienes y así aparentar solvencia económica logrando su objetivo: comprar la finca a un precio ventajoso, asegurándoles además que posteriormente les devolvería sus inmuebles puesto que, según él, "las donaciones eran ficticias".