Andrew Turton y Peter Ceglinski son dos autralianos y amantes del océano que decidieron poner su granito de arena para que estos estuviesen un poco más limpios. La idea es sencilla: una papelera automatizada que recoge basura flotante, combustible y detergentes. Mallorca ha sido el escenario en el que han ido desarrollando y probando el protopio, que ayer fue presentado en el Club Náutico de Palma.

La Seabin puede recoge residuos de forma inninterrumpida las 24 horas y durante 365 días al año. Es un "cubo de basura marina" que en primer lugar se utilizará en clubes y puertos, ya que son entornos controlados, sin enormes olas ni grandes tormentas: "Es el punto de partida perfecto para empezar a limpiar nuestros océnaos".

Turton, constructor de barcos, surfista y residente en Mallorca, tuvo la idea de Seabin hace ocho años. Tras hacer muchos viajes en velero alrededor del mundo, vio con sus propios ojos la contaminación masiva que se acumula en los puertos deportivos. Ceglinski, diseñador industrial y también surfista, dejó su anterior trabajo hace once años, cansado de producir numerosos productos de plástico. Empezó a trabajar en la industria náutica, conoció a Turton y juntos empezaron a luchar contra el plástico en el mar a base de ingenio y empezando por los puertos: "Seguro que no podemos recogerlo todo ahora mismo, pero es un inicio realmente positivo".

Ayer presentaron el prototipo de Seabin en el Club Náutico de Palma (RCN) y explicaron que han elegido Mallorca para desarrollarlo "por su condición de centro neurálgico del sector en Europa".

Su intención es partir de la isla para luego exportarla a nivel nacional. Acompañaron a Turton y Ceglinski en la presentación Jaume Carbonell, el gerente del club; Manuel Fraga, director deportivo; y Rocío Lozaon, responsable de Calidad y Medio Ambiente.

Los fundadores de Seabin Project están recaudando fondos para inciar la producción y han puesto en marcha una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma Indiegogo. El objetivo es lograr un importe incial de 150.000 euros. De momento, en los últimos diez días, han conseguido recaudar casi 4.000 dólares. Saben que su prototipo es solo el arranque y que limpiar el océano es una "gran misión", pero aseguran con optimismo: "Puede hacerse".