- Podemos le agradecía "la valentía" de sumarse a las listas renunciando a su carrera profesional. Pero he oído otras lecturas. ¿Es valiente por presentarse o cobarde por retirarse ante el mayor reto de su carrera?
-No, nada de eso. Iba a presidir el caso Nóos. Era un reto importante tras 26 años de carrera, el juicio en el que más interés hay. También es cierto que se presentó el otro reto, el político, y finalmente primó poder participar en él. No ha habido la más mínima huida por mi parte.
-¿En su cálculo nunca entró la posibilidad de tener que firmar la exculpación de la infanta o los meses de presión política, institucional y mediática?
-No hubo miedo. Ni vértigo. Hubo responsabilidad. Es cierto que es un caso mediático y que hay personas en el banquillo que sería impensable que hace años se hubiesen sentado, pero no dejaba de ser un hito más en mi carrera.
-¿Había sufrido ya alguna presión política o institucional por ser el juez de la hermana del Rey?
-Sinceramente, no.
-Desde su anuncio se ha abierto el debate sobre la politización de la justicia, la imparcialidad de los jueces. ¿Como juez ha sufrido alguna vez injerencias políticas?
-No, directamente no. Aunque el debate lo veo más referido a cómo está diseñada la cúpula del poder judicial. Las altas instancias son decididas desde el poder político. Pero en el día a día del juez no hay presión política, ni aquí que ha habido tantos casos de corrupción. Nunca me he visto presionado.
-¿A qué atribuye entonces que el ministro de Justicia se le lanzase al cuello cuando anunció su candidatura en Podemos, con aquello de intentar que usted nunca vuelva a ser juez?
-Lo tengo clarísimo: el ministro se nos lanza al cuello a Victoria Rosell [jueza y candidata de Podemos en Las Palmas] y a mí porque nos presentamos por Podemos. Tenemos el caso de la recusación de la Gürtel [dos jueces obligados a renunciar al caso por su cercanía al PP], pero también personajes como el presidente de la Audiencia de Valencia, Fernando de Rosa, que fue conseller de Justicia con Camps (PP). El ministro no tiene problema con ellos, solo le preocupan los candidatos de Podemos.
-Le citaba el periodista Matías Vallés este domingo: "Un buen juez debe tener convicciones políticas", dijo usted. Expláyese...
-Se ha dicho que un juez debe ser apolítico. Eso es imposible, salvo que en unas autonómicas los jueces voten para elegir entre el Mallorca y el Atlético Baleares. Todos los jueces tienen opiniones políticas, que expresan en sus círculos. Lo más claro es la respuesta que he recibido a mi decisión por parte de mis compañeros de carrera, que ha sido de respeto absoluto.
-Dicen en su mundo de jueces, fiscales y juristas que con su marcha se reducen las opciones de condena a la hermana del Rey...
-Es tremendo. La eterna manía en este país de prejuzgar. Juan Pedro Yllanes era el que se iba a pronunciar por una condena a la infanta. En fin... Sería temerario que un juez tuviese prejucio, lo inhabilitaría para ser juez.
-Si vuelve a la judicatura, ¿juzgaría a alguien de Podemos?
-No tendría problema para hacerlo de forma imparcial, pero las apariencias son importantes. Hay mecanismos de recusación eficaces. No hace falta dar el espectáculo de Gürtel. Conclusión: yo no puedo quedar inhabilitado para juzgar un asunto de tráfico de drogas, pero quizá sí quedo marcado para uno de corrupción política.
-Dicen en Podemos que las elecciones alumbrarán un Congreso "constituyente". ¿Se incluye un cambio del modelo de Estado de monarquía a república? ¿Qué votaría el diputado Yllanes?
-El mensaje de Podemos ya no es tanto que una legislatura constituyente como que es un momento de cambio, reconstituyente, apasionante. Si llegase a plantearse esa reforma [monarquía o república], estaría en consonancia con Podemos [el partido no se pronuncia, pero propuso un referéndum]. Sinceramente, creo que entre los cambios que hay que promover en esta democracia, no sé si el modelo de estado es de las más urgentes.
-Ya, pero ¿es usted monárquico o republicano?
-No quiero hacer un pronunciamiento contundente porque volveríamos a todo lo ya hablado [de conflicto entre ideas políticas e independencia de judicial, con el caso Nóos como telón de fondo].
-Hablaba el otro día de que PP y PSOE deberían pasar un tiempo en "cuarentena" por sus casos de corrupción. ¿Es de los que creen que ambos partidos han usado las instituciones y el poder legislativo en su propio beneficio?
-Estoy convencido de ello. El ejemplo más claro son los procesos en materia de corrupción relacionada con PP y PSOE. Han usado el dinero de todos en atención a intereses propios y de los partidos. Es momento de terminar con el bipartidismo. Tendrán que pasar por un período de reflexión, de cuarentena, y aprovechar para alejar cualquier asomo de corrupción.
-Una cuarentena, dice, pero Podemos en Balears ha aupado a la presidencia al PSOE...
-Podemos está, desde fuera, manteniendo un gobierno presidido por el PSOE, pero dejando claro desde el primer minuto que la vigilancia va a ser absoluta para evitar desvíos. No es incoherente."Un juez no puede ser apolítico salvo que al votar elijas entre Mallorca y Atlético Baleares"
-Hablaba el otro día de Ciudadanos, sin citar su nombre, que en eso ya es político [ríe a carcajadas], y decía que son "maquillaje". ¿A qué se refiere?
-El mejor ejemplo es el candidato de Balears. Fue alto cargo designado por el PP, tomado como chivo expiatorio en el asunto de Alpha Pam [senegalés muerto tras ser rechazado en urgencias], y que cuando se vio fuera empezó una deriva: primero le llevó a UPyD, y cuando UPyD quedó reducido a la nada, ha terminado en Ciudadanos. A eso me refiero con maquillaje: ¿En tan breve lapso no hay vínculo del candidato de Ciudadanos con el PP? No puedes pensar en Ciudadanos como opción de cambio. Gobiernan con el PSOE en Andalucía, sin importarles ni un miligramo el escándalo de los EREs, y en Madrid con el PP, sin importarles un ápice Gürtel, Púnica, Bárcenas...
-El otra día, en la presentación de su candidatura, me llamó la atención que cuando las cuestiones se volvían baleares pasaba usted la pelota a Alberto Jarabo, líder balear del partido. ¿Conoce los problemas de Balears?
-Los conozco. Y los sufro. Yo estaba en un servicio público y ahí los ves todos, además soy una persona informada. Sé que hay un problema grave de financiación de la comunidad. Y hay un problema serio de movilidad, sé que pagamos los billetes de avión más caros del territorio nacional. Voy de diputado por Balears y esa será mi prioridad. Volveré todas las semanas a explicar lo que se hace."Ciudadanos no es cambio: gobierna con el PSOE andaluz de los EREs y con el PP de la Gürtel"
-¿Habría aceptado ir de número dos en la lista de Podemos?
-Es complicado participar en unas primarias para alguien que está en la carrera judicial. Estoy disfrutando de los círculos de Podemos, la gente te pregunta directamente: "Oye, nos estamos traicionando con esto de las primarias con tu llegada". Yo les trato de explicar lo difícil que es para un juez. Podemos acudir por esta vía (candidatura al Congreso): está amparado por la Ley del Poder Judicial. De haber ido a primarias me habría obligado a estar dos años fuera de la carrera judicial, y el único dinero que tengo es el que gano como juez. No podía participar en primarias, lo siento, pero en el futuro me comprometo a ir a primarias.
-No ha respondido: ¿habría aceptado ir de número dos?
-Con la seguridad absoluta de que el número dos habría ido como diputado a Madrid, sin ninguna duda lo habría aceptado. Ante la duda de quedarme fuera, me lo tendría que haber planteado, porque incluso quedando fuera en ese caso podría haber vuelto a la carrera judicial. No exigí ir de número uno, me lo ofrecieron.
-El código ético de Podemos limita el salario a 1.900 euros al mes, lo que hará que cobre como diputado menos que como juez. ¿Se somete a ese código?
-Lo acataré sin duda. Ese tema lo pregunté el otro día por curiosidad. No sé cuánto voy a ganar al mes. Conozco las limitaciones salariales de Podemos, pero hay mecanismos de corrección. No tengo hipoteca, pero puedo tenerla, porque el único bien inmueble a mi nombre lo vendí hace dos meses, y mi intención es comprar una primera vivienda. También tengo personas dependientes, mis padres, con lo que si me meto en según qué sueldo, quedaría asfixiado. Pierdo dinero, mucho, pero no estoy aquí para forrarme el hígado.
Todo personal
-Ha salido en la prensa andaluza como candidato sevillano de Podemos...
-[Ríe] Sí, me crié en Sevilla y he participado en la sociedad sevillana. No ocultaré que soy hermano de una cofradía sevillana por tradición familiar.
-¿Pero dónde nació usted?
-Soy de Madrid (1960). Mi madre es gaditana, mi padre, sevillano, fueron a Madrid por supervivencia. Hice la Universidad, en Sevilla, fui juez allí.
-¿Y su vínculo con las islas?
-En 1989, sin haber pisado las islas, decidí que me venía de juez a Mallorca. Soy forastero recalcitrante: he ido y he venido dos veces. En 2005 llegué a la conclusión de que donde quiero vivir es en Mallorca.
-¿Cómo lleva el catalán?
-Bé, parl un català un poc precari. Mi mujer es catalanoparlante y de Mallorca, saqué el título en Barcelona. Y no lo hablo solo en la intimidad, a veces me suelto.
-¿Familia, hijos?
-Tengo una nieta. La hija de mi pareja tiene una niña maravillosa, la considero mi nieta. Presumo de que no he tenido hijos pero tengo una nieta.
-Y es familia de Toni Verger (el candidato de Més)...
-[Ríe] Es el padre de mi nieta. La relación es espléndida.
-¿Dos diputados de distinto partido en la misma familia no es casta?
-[Ríe de nuevo] Es una circunstancia especial.
-¿Garzón o Castro?
-Castro. El sumario del Palma Arena, físicamente, impresiona.
-Por aquello de los tópicos, medio andaluz, ¿y taurino?
-He ido mucho a los toros y he perdido el gusto por ellos. Mis padres son taurinos hasta la médula. A mí me aburren.
-Luego no los prohibiría...
-Sí, los prohibiría, pero se resolverá solo: a las nuevas generaciones no les interesan. Desaparecerán sin tensión, sin poner en peligro la cabaña ganadera, ni los empleos. El tiempo actuará.
