Luis Rodríguez Toubes Rosselló apenas tenía 20 años cuando fue detenido por primera vez. Después ha vuelto a ser arrestado. Pero esta primera vez lo fue por una denuncia de estafa que presentó un conocido matrimonio de Llucmajor, dueño de la mayor fortuna inmobiliaria de la localidad. La pareja, que no tiene hijos, denunció que había sido engañada por las maniobras de Luis, al que conocía desde niño, ya que había conseguido que le entregaran toda su fortuna. Le donaron, además de dinero en metálico (que no han recuperado) hasta quince fincas, en varias zonas, algunas de ellas situadas en primera línea de mar quince fincas. Dijeron que Luis les convenció de que estas donaciones serían simuladas y que las escrituras las guardaría en un cajón.

Se trataba de una operación para que él pudiera aparentar una solvencia económica suficiente para negociar ante el banco y, en su nombre, conseguir un precio inferior en la compra de un inmueble. El joven, compinchado supuestamente con su madre, acompañó al matrimonio hasta a tres notarías distintas. Los notarios se extrañaron de la operación y preguntaron a la pareja si estaban seguros de lo que hacían, por cuanto estaban literalmente regalando todo su patrimonio a Luis Rodríguez Toubes sin recibir nada a cambio. La pareja, que según se demostrará en el juicio tiene una capacidad mental limitada, reafirmó la operación, con el convencimiento de que era una simulación, pues el joven les había prometido que todo era ficticio, por cuanto nunca iba a utilizar este patrimonio.

Pero a la hora de la verdad no fue así. Cuando el joven tuvo las fincas a su nombre, lo primero que hizo fue una operación de permuta de una de ellas. Es decir, negoció con un constructor la cesión de una finca, a cambio de dinero y de otra propiedad.

Las víctimas tardaron mucho tiempo en darse cuenta de que les habían engañado. Tenían plena confianza en Luis, porque era el nieto de un conocido médico de Llucmajor y conocían a toda su familia. El joven nunca les devolvió las fincas. Al contrario, incluso maniobró para expulsarles de su propio domicilio, por cuanto escrituralmente ya no era de ellos, se la habían cedido de forma gratuita.

Luis Rodríguez Toubes ha protagonizado portadas de revistas de moda y programas de televisión. Mantiene que pertenece a una de las familias más ricas de Mallorca y que estas fincas que le cedieron no suponen un gran porcentaje de su millonaria fortuna.

Desde que se denunció esta estafa de Llucmajor, el joven ha sido detenido en dos ocasiones más. Una mujer de la alta sociedad de Madrid, que también se dejó embaucar por el joven, le denunció porque se había llevado de su casa valiosos elementos de la vivienda. Después, una joyería le denunció porque le había prestado joyas y relojes por valor de más de medio millón de euros. Con la excusa de que quería conocer mejor las joyas que pretendía comprar. No solo no las adquirió, sino que las vendió por su cuenta a un precio irrisorio en un comercio de Palma.

La fiscalía acusa a Luis Rodríguez Toubes de un delito de estafa y reclama contra él una condena de cuatro años de cárcelcuatro años de cárcel. La acusación pide que se declare la nulidad de las escrituras de donación. Es decir, si no se anulan el elevado patrimonio inmobiliario continuaría quedando en manos del joven. Pero es que, además, las víctimas, no solo habrían perdido toda su fortuna y sus propiedades, sino que tendrían que pagar los tributos de esta donación. Lo perderían todo y encima tendrían que pagar todos los impuestos.

La pareja ha contratado al abogado Jaime Campaner para que defienda sus intereses. El letrado solicita una condena de ocho años de prisión para el joven, que mantendrá que los denunciantes actuaron libremente, sin engaños, porque pretendían dejarle toda su fortuna a él, ya que no tenían descendientes a los que nombrar herederos. El joven, cuando fue detenido, manifestó su intención de devolver las fincas, pero después intentó expulsar al matrimonio de su domicilio. El juicio durará toda la semana.

Millonario acusado de estafas

Luis Rodríguez Toubes Rosselló vive entre Barcelona y Londres, pero su familia continúa residiendo en Llucmajor, cerca de donde viven sus primeras víctimas. Muestra un poder económico al alcance de muy pocos, pero nadie se explica de dónde obtiene el dinero. La alta sociedad mallorquina lo ha repudiado, pero él presume de las relaciones con el Rey de su familia. Tiene costumbre de despilfarrar el dinero en las mejores tiendas de la ciudad.