Un público entregado formado por más de 1.500 personas, la mayoría profesionales del mundo de la docencia, asistió ayer al primer Foro de la Educación Innovadora, titulado Cuatro formas de entender las aulas. El acto fue protagonizado por la escritora y divulgadora Elsa Punset; la autora del libro Educar en el asombro, Catherine L'Ecuyer; la docente y especialista en implementación de programas de estimulación cognitiva, María José Lluy, y el profesor de Secundaria y doctor en Geografía Antonio Ballester. Estos expertos en Educación lograron llenar por completo el aula magna del Auditòrium de Palma con la misión de exponer ante los docentes de Mallorca técnicas nuevas para motivar a los niños, facilitar su formación y desarrollar su potencial y personalidad. La organización de este foro fue impulsada por la Obra Social La Caixa en compañía de la Fundación Asima. Además, colaboraron en el evento el Aula Balear, la Universitat de les Illes Balears (UIB), el Grup Barceló y Coca-Cola.

Elsa Punset abrió la primera ponencia, y destacó la importancia del impacto de la irrupción hace unas décadas de las tecnologías de la información y la comunicación en la sociedad, que también han cambiado el mundo de la educación. "Estamos sumergidos en una revolución tecnológica que está disparando la posibilidad de acceder a cualquier cosa". La rápida instalación de estas tecnologías ha llevado a que las diferencias entre las personas jóvenes y mayores hayan aumentando: "Los menores de 30 años son los considerados nativos digitales. Tienen un mayor pensamiento crítico y dominan mejor todo lo relacionado con el ambiente tecnológico". Por esa razón, cada vez hay más diferencias entre generaciones, ya que, según Punset, "cada década las personas son más inteligentes que en la anterior, ya que poco a poco poseen más medios para desarrollar su creatividad". Usó todo ello como ejemplo para ilustrar que "la inteligencia se puede entrenar, al contrario de lo que se pensaba hace unos años, ya que pensábamos que se nacía con una en concreto y era inamovible". A causa de ello, destacó la importancia de potenciarla desde la infancia, ya que "podemos darles esa libertad". Reafirmó la necesidad de darle peso a las emociones como elemento fundamental del desarrollo de la persona: "Cuando hablamos de emociones estamos tratando una parte importantísima de su desarrollo biológico". Para ella "son mucho más que simples estados" según el momento y la situación. Por eso destacó la importancia de "enseñar a un niño a controlar sus emociones". Los primeros 6 o 7 años de vida son esenciales para el desarrollo, según Punset: "Son fundamentales para que el niño consagre buenos patrones de salud y curiosidad". Explicó que la naturaleza nos otorga una enorme capacidad para explotar sentimientos como la alegría, la interacción con los demás y la propia curiosidad para desarrollarnos y aprender. "Lo que más dispara la superación de un ser humano es una palabra agradable y el afecto", afirmó.

La curiosidad en el desarrollo

Catherine L'Ecuyer destacó la fuerza que tienen las ganas de conocer en el cerebro de un niño y cómo puede influir en su desarrollo. Explicó que el ansia de descubrir sirve para fomentar el deseo por el conocimiento. "A los niños les asombra lo que es bello para ellos". Aclaró que ya al nacer los bebés tienen curiosidad por conocer, motivados por la sorpresa de encontrarse ante muchísimos elementos nuevos. "El asombro es el deseo para el conocimiento, que dura entre diez y ocho años y luego desaparece". Cree que la multitarea traída por las tecnologías de la información y la comunicación lleva a "la irrelevancia" porque se empobrece la atención y las nuevas generaciones tienen dificultades para centrarse en una tarea en concreto.

María José Lluy valoró la importancia del desarrollo y el aprendizaje durante los primeros años de vida: "Un niño pequeño tiene el doble de capacidades neuronales". Por ello, afirmó que conviene "seguir estimulándoles y marcando cómo deben hacer las cosas". Para ella, hace falta un cambio en la educación: "Hay un modelo en serie que parece basado en la Revolución Industrial". Por ello, opina que "es importante que los niños entiendan que lo que hacen en el colegio es aplicable en su vida cotidiana". Por esa razón, cree que "la estimulación cognitiva puede hacer que un niño alcance cualquier cosa". Explicó que incluso pueden interiorizar cosas que el docente no les ha enseñado gracias a la estimulación, cosa que puede hacer aprender también al profesor. "El gran tesoro del docente es aprender de los niños cada día", afirmó.