-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Los neutrinos son la cosa más pequeña del Universo?”
-Sí, son una de las partículas elementales que constituyen el Universo. El Sol es una central nuclear de fusión, en cuyo corazón se producen neutrinos que viajan a la Tierra. Ahora sabemos que tienen masa.
-Se parecen al éter que todo lo envolvía.
-Salvo que el éter no existe. Estamos inmersos en un mar de neutrinos, son las partículas más abundantes del Universo junto a los fotones. Hay neutrinos fósiles, formados segundos después del Big Bang, pero todavía no los hemos detectado.
-¿Será usted la próxima Nobel de los neutrinos?
-Es difícil de explicar, pero el Nobel de este año nos recuerda que somos teselas de un mosaico, y en el Gran Sasso hemos aportado piezas del rompecabezas. De hecho, alguien me llamó para felicitarme.
-¿Todavía es noticia una mujer científica?
-Hay muchas investigadoras, fui noticia cuando accedí a dirigir un laboratorio nacional porque ninguna lo había logrado. El ruido es negativo porque debía ser algo normal, y positivo porque demuestra que las mujeres asumen puestos de gran responsabilidad.
-¿Dirigir un laboratorio sacrifica la vida privada?
-Yo ya era mayor, sin hijos pequeños. Hay que colocar la actividad laboral al mismo nivel que la familia, el trabajo no está por debajo de la vida privada. Son cargos que no se resuelven con jornadas de seis a ocho horas.
-El Nobel italiano Carlo Rubbia pronosticaba hace años la energía nuclear de fusión, y aquí estamos.
-Cuando me licencié, se decía que en treinta o cincuenta años la tendríamos. Hoy se asegura que la tendremos en treinta o cincuenta años. No sabemos hacer centrales de fusión, el Sol es una de ellas. Se alcanzan temperaturas y densidades tan altas que no hay ningún material para crear un recipiente capaz de soportarlas.
-¿El Sol se muere?
-Cierto, de aquí a cuatro mil millones de años. Está en la mitad de su vida.
-Lo primero que la gente se pregunta sobre los neutrinos...
-...es para qué sirven?
-O si curan algo.
-La PET o Tomografía de Emisión de Positrones es un instrumento de la medicina, que no existiría si en los años treinta no se hubiera pronosticado la existencia de la antimateria, y con posterioridad se hubieran producido antielectrones. La investigación básica solo satisface una curiosidad sin utilidad inmediata, pero se acaban encontrando aplicaciones.
-Esto de los millones de universos simultáneos o multiversos se tiene que acabar.
-Por ahora es solo una hipótesis, la han de demostrar experimentalmente. Es una especulación, no digo ni que sí ni que no.
-Otro clásico, ¿había algo antes del Big Bang?
-Respuesta: En este momento no lo sabemos. Nadie puede dar una respuesta científica.
-Tal vez el papa Francisco está más cerca de Dios que sus complicados experimentos científicos.
-En mi opinión, religión y ciencia son dos mundos que conviene que estén separados.
-¿Es usted creyente?
-No respondo a esta pregunta, porque es irrelevante para discutir mi trabajo. En mi grupo hay creyentes y otros que no lo son, pero no afecta a lo que hacen.
-Tendrá una opinión sobre el Papa actual.
-Es una bella novedad.
-¿La ciencia funciona contra el nihilismo terrorista?
-Donde se investiga, trabajan codo con codo israelíes y palestinos, indios y paquistaníes. Construimos un mundo en paz, del mismo modo que la ciencia anticipó la globalización.
-Ha abogado usted por “imaginar una nueva física”, esperemos que sea más barata que la actual.
-Es difícil que un país afronte en solitario los experimentos actuales, especialmente con los recortes. La China es prácticamente el único país que ha decidido invertir mucho dinero en investigación. Tenemos en marcha un proyecto de 290 millones de euros, y los chinos aportan el noventa por ciento.
-Cuando usted dice que nació en Calabria, pensamos en la variante mafiosa de esa región.
-Existe, y sigue viva. No es tanto el peligro de que te disparen por la calle, sino el riesgo de que haya contaminado la vida social y política.
-Italia sufre la misma fuga de cerebros que España.
-El problema no es que se vayan a Alemania o Australia, el último país que los atrae, sino un flujo negativo que no se equilibra con los investigadores llegados de otros países. Pagamos medio millón de euros para formar a un doctor en ciencias, y otro lo disfruta.
-¿Estamos aquí por casualidad?
-Una pregunta fundamental. No tengo la respuesta.
