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Apuntes: Yllanes se somete al juicio popular, por Felipe Armendáriz

Juan Pedro Yllanes va a renunciar a presidir el juicio del siglo en España para someterse al veredicto de sus conciudadanos en las urnas. Un gran, inesperado y osado salto, aliñado por el hecho de que el juez azote de la corrupción se presentará a las elecciones del 20-D por Podemos, un partido que desagrada a mucha gente y despierta las ilusiones de otros sectores de la sociedad.

Juan Pedro Yllanes, cuando aún no existía Podemos ni se le intuía, ya era miembro activo en Mallorca de una plataforma ciudadana volcada en cambiar, a mejor, la sociedad.

Su entrada en política quizás ha sido precipitada y puede que la invitación del partido morado le haya llegado tras la negativa del juez José Castro a encabezar las listas por Balears. Castro es un líder nacional, pero Yllanes es una persona conocida en las islas y con una trayectoria profesional muy meritoria.

Podemos está jugando a incluir entre sus candidatos a militares, magistrados o catedráticos de prestigio y que rompen con su imagen de partido antisistema, al tiempo que dan solidez a su oferta electoral. Nos quejamos de que los mejor preparados huyen de la política y nos escandalizamos cuando algunos dan un paso al frente.

El juez ya ha pedido la excedencia, un paso obligatorio para concurrir a las elecciones y una medida profiláctica para respetar la separación de poderes.

El magistrado, sevillano de cuna y mallorquín de adopción y corazón, nunca había ocultado su ideología progresista.

Yllanes, a punto de cumplir los 56 años, tenía ganas de hacer algo por sus semejantes. Hace unos meses se presentó, sin éxito, a presidente de la Audiencia de Palma, donde quería implantar una serie de mejoras para agilizar la Justicia.

Ahora deja la toga a un lado y busca un escaño en un Congreso que será clave para diseñar el futuro de una España a punto de quebrarse y necesitada de cambios profundos.

Las paradojas de la vida se han traducido en que el ponente de la sentencia del caso Andratx, pionera en la lucha contra las mafias urbanísticas, tendrá que disputar el escaño a un pariente muy próximo, que se presenta por otra fuerza de izquierdas.

Las urnas nos dirán el próximo mes si un sector de la sociedad balear apoya a un juez al que algunos tildarán de demente por dejar un puesto seguro y declinar juzgar a toda una Infanta.

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