La venta de vehículos se ha disparado en Balears, con un ritmo de crecimiento que supera de forma apreciable la media estatal y que se sustenta en varios factores clave, como son la acumulación de temporadas turísticas positivas, con lo que ello conlleva de mejoría en los ingresos de las familias y de recuperación de la confianza de los consumidores; el hecho de que la financiación sea mucho más fácil por la apertura del grifo del crédito por parte de la banca; y en menor medida, por una reposición de la flota de automóviles de alquiler más intensa que en ejercicios anteriores, según se destaca desde la patronal isleña del sector.
El presidente de la asociación balear de distribuidores de automoción (Aseda), Andrés Vidal, subraya no solo la intensidad de esta recuperación, sino también esa ventaja en relación al resto del país. Durante los diez primeros meses de este año, en Balears se han vendido 26.600 vehículos de primera mano, lo que supone un 27,4% más que en el mismo periodo del pasado año, mientras que en la media española este incremento se está moviendo en torno a un 20%.
En definitiva, eso supone que a fecha de hoy ya se han vendido en las islas más automóviles que en todo 2014 (año en que se logró superar las 24.000 unidades), con unas perspectivas que apuntan que 2015 se cerrará con unos 30.000 coches nuevos circulando por sus carreteras.
Lo mejor para este sector es que el dato de 2015 no se da con carácter aislado, sino que viene a consolidar una situación que ya se produjo el pasado año y que todo apunta a que va a tener continuidad en 2016. En concreto, Andrés Vidal recuerda que el aumento de las ventas de automóviles en el archipiélago durante 2014 presentó un incremento que se movió en torno a un 20%, a lo que se suma el ritmo del 27% que se está alcanzando durante este ejercicio. Y para 2016, se augura un nuevo crecimiento, aunque se pone en duda que se pueda alcanzar el 20% por tercer año consecutivo y se habla ya de una mayor moderación en esta evolución al alza, para situarla en el entorno de un 10%.
Según Vidal, las perspectivas positivas son a medio plazo, porque las estimaciones con las que trabajan los distribuidores de automóviles es que en Balears las ventas se terminen estabilizando entre los 35.000 y los 40.000 vehículos anuales.
Como se ha indicado, este impulso se sustenta sobre varios factores, y el más evidente de ellos es que la acumulación de buenas temporadas turísticas está favoreciendo un crecimiento en los ingresos de las familias, y además generando una mejoría en la confianza de los consumidores, lo que les lleva a embarcarse en el segundo gasto más importante que la mayoría de éstos realizan a lo largo de su vida, tras la compra de una vivienda.
En este aspecto, Vidal recuerda que la crisis económica ha provocado un apreciable descenso en la reposición de automóviles, lo que ha hecho que en estos momentos el parque móvil esté apreciablemente envejecido y precise de esta renovación.
Pero como la voluntad de cambiar de coche no es suficiente por si sola, a ésta se ha sumado un segundo factor clave: los bancos están dispuestos a financiar de nuevo este tipo de operaciones, de la mano de una notable reactivación del crédito al consumo.
Un tercer elemento que, aunque en menor medida, también está ayudando a reforzar la venta de coches en el archipiélago es la reposición que están realizando las empresas de rent a car de su flota, aunque sin incrementarla, dado que están aprovechando la fuerte demanda de coches de segunda mano que también existe para dar salida a sus coches usados y sustituirlos por nuevos.
La crisis no solo ha ido acompañada de una fuerte caída en las ventas, que ahora comienzan a recuperarse con fuerza, sino también de las preferencias de los consumidores.
Según apunta Andrés Vidal, el descenso ha sido similar en los coches de alta gama y en los más asequibles, y la recuperación está alcanzando también a los diferentes segmentos, solo que de forma más intensa en el caso de los coches más compactos y de motores más pequeños, con precios que de mueven en torno a los 15.0000 euros.
Según el presidente de Aseda, el proceso que se ha dado en la adquisición de un automóvil tiene paralelismos con el que aparece en el conjunto del comercio. Se están abandonando las compras por impulso y más emocionales, o lo que popularmente se califican de caprichos, para tender a un consumo de reposición y de mayor racionalidad. Esto está haciendo que, a la vista de las distancias que existen en el archipiélago y de las limitaciones de velocidad, la demanda se esté decantando hacia vehículos de menor potencia y que además suponen un menor consumo de carburante.
