"¿Dónde va papá?", preguntaba la pequeña Amanda, de dos años y medio, mientras su padre, formado y uniformado en la terminal de salidas de Son Sant Joan escuchaba las palabras de despedida del Comandante General. "Se va a trabajar", le contestó su abuela.

El soldado Gabriel Novillo, el padre de Amanda, es uno de los trece militares de Balears que ayer embarcaron rumbo a República Centroafricana, donde pasarán seis meses participando en una misión de la Unión Europea que trata de devolver la paz y la estabilidad institucional a uno de los países más pobres del continente.

Un total de 19 personas llegadas de las islas se desplegarán en los próximos días en Bangui, la capital del país, para dar el relevo a los miembros del Regimiento de Infantería Palma 47 que llevan desde mayo sobre el terreno. La semana pasada este grupo logró repeler un ataque de rebeldes mientras escoltaba un convoy de la UE.

Los militares que ayer se embarcaban aseguraban no saber nada "oficialmente" del incidente, aunque sí son conscientes de que el país se encuentra en un momento de "gran inestabilidad". ¿Nervios? "Es nuestro trabajo, para eso nos preparan", decía Novillo.

"Hay que ser positivo, no tiene por qué pasar nada malo", se animaba Teófila Parrilla, madre del cabo Adán Toledo: "Lo veo muy ilusionado y eso me reconforta, espero que vuelva igual". Su hijo, que ya estuvo en Kosovo en 2008, le respondía bromeando: "Volveré seis meses más viejo, eso sí".

Ayer en Son Sant Joan se vieron lágrimas, nervios y, sobre todo, largos abrazos. La cabo primero María José Bayo prefirió despedirse en casa de su marido y de sus dos hijos, de cuatro y nueve años: "Es duro para ellos". Admitía que el hecho de tener que pasar las Navidades fueras se hará un poco duro, aunque ya tiene pensado comprar los regalos por internet. Además, han enseñado al pequeño a mandar notas de voz por Whatsapp y a la mayor le han instalado el programa en la tableta para poder comunicarse más fácilmente. Bayo, militar de vocación, representa a la única mujer del grupo y aseguraba ayer que en el ejército "no hay ni hombres ni mujeres, hay compañeros".

El Comandante General de Balears, Fernando Aznar, se despidió del grupo y les recordó que la misión supone defender "los intereses de España" ya que acuden a "velar por la paz en África y, por ello, por la paz en España y en Europa por la frontera avanzada". Les recordó su deber de respetar el mandato y a la población local, les agradeció su "ilusión y entrega" para concluir asegurándoles: "Estamos muy orgullosos de vosotros".