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Informe de la OMS

La alarma no daña la venta de carne

El mensaje emitido por la OMS no ha sido tan impactante en el sector como quizá se esperaba - Para la mayoría de los carniceros del Olivar, "todo sigue igual", pero los clientes hablan de ello, algunos por preocupación y otros en clave humorística

La alarma no daña la venta de carne

Tras la aparición del informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que cataloga la carne roja y la procesada como productos que pueden provocar cáncer, da la impresión de que se ha producido una importante alarma social. Numerosas familias se han preguntado si deben seguir consumiendo estos productos, o incluso cualquier tipo de carne en general. Sin embargo, ¿hasta qué punto esta información ha impactado en la sociedad mallorquina? ¿Está el sector notando una verdadera bajada de sus ingresos tras la difusión de dicho informe?

La percepción mayoritaria de los carniceros del Mercat de l'Olivar, uno de los puestos más importantes y representativos en Palma, es que la salida de ese documento no ha producido el impacto que quizá se esperaba que tuviese. "No ha habido cambio alguno en mi negocio", "se vende un poquito menos, pero la diferencia no es apreciable" o "algunas personas me han comentado algo, pero se sigue comprando y consumiendo" son las frases más escuchadas de la boca de los carniceros del Olivar. De la misma forma, los profesionales de otros sectores tampoco han percibido que el informe haya repercutido de forma positiva en sus negocios, posibilidad que se barajó por la previsible reducción del consumo de carne por parte de la población. Juan Morey, que trabaja en una pollería, afirma que no han apreciado cambios, a pesar de que se supone que la emisión del informe debe repercutir positivamente en su negocio: "En principio todo esto nos beneficia, pero no lo hemos notado por el momento". Le quita importancia al documento transmitido por la OMS y afirma que para él "todo esto son tonterías, aunque se supone que son estudios muy rigurosos. Ahora le ha tocado a la carne, pero igual de aquí unos meses es el turno del ave". Piensa que "si se hacen las cosas bien desde el principio, no creo que deba haber ningún problema".

Por su parte, Conchi Carbonell, que está en una pescadería, afirma que tampoco ha apreciado "ningún efecto" positivo para su negocio y confirmó que "no hay más ventas de pescado desde que hubo el anuncio ni ningún otro cambio". Explicó que "la gente que viene no se lo cree o directamente no se lo toma en serio".

Tema de moda en las carnicerías

Más allá del efecto económico directo relacionado con las ventas de productos que la OMS ha considerado cancerígenos, lo que de verdad detectan en las carnicerías es que sí se habla en la actualidad del tema. Algunos de los clientes se lo toman más en serio que otros: "la gente viene, comenta y se ríe sobre lo que dijo la OMS", afirma Isabel Orta, carnicera: "Agunos vienen y preguntan: '¿Qué, esta carne es procesada?', pero de cachondeo. Yo creo que están pasando tantas cosas, con tanta crisis y tantos problemas, que al final la gente se lo toma a broma". Por su parte, Antonia Fernández explicó que algunos clientes le transmitieron sus inquietudes al respecto: "no han cambiado su consumo porque se les ha ido explicando, pero es cierto que dejaban entrever una cierta preocupación".

Manuel Vera, por su parte, afirmó que "los pocos clientes que han comentado algo en especial son los que son muy seguidores de este tipo de noticias, y sí que han transmitido cierta preocupación". Sin embargo, afirma que gran parte del resto se lo ha tomado a broma y "los que hacen un caso más omiso de este tipo de informes ni se lo plantean. No quieren dejar de comer algo que les ha gustado siempre".

El documento de la Organización Mundial de la Salud sostiene que la carne roja ha sido clasificada dentro del Grupo 2A, "probablemente cancerígena para los seres humanos". Por otra parte, las piezas de carne procesada han sido incluidas dentro del Grupo 1, que declara todos los artículos ahí englobados directamente como "cancerígenos para los seres humanos", clasificación que comparte con productos como el tabaco y el amianto porque se considera que de por sí son una causa directa de cáncer. Dentro de la carne roja se engloba toda la muscular de los mamíferos, incluyendo la de res, cerdo, ternera, cordero, cabra y caballo. De la misma forma, se considera que la carne procesada es toda aquella que ha sido transformada a través de mecanismos como la salazón, la fermentación, el curado, el ahumado y otro tipo de procesos para mejorar su sabor o conservación.

Se ha llegado a estas conclusiones después de diversos estudios científicos que han demostrado en conjunto que estos productos son causa directa de cáncer, pero las incógnitas que todavía sigue habiendo han provocado muchas dudas: la propia Antonia Fernández ha explicado que hay confusión entre la gente "porque el contexto o el contenido del informe no es del todo exacto".

El propio documento no especifica qué repercusión tiene sobre el riesgo de cáncer la forma de cocinar la carne o hasta qué punto tiene relevancia la edad del consumidor a la hora de establecer un riesgo de contraer una enfermedad tumoral. De un modo similar, no se tienen en cuenta los diferentes métodos de conservación utilizados para mantener la carne; según la OMS se desconoce si esto contribuye al riesgo de cáncer y en qué medida.

De la misma forma, la organización internacional da el consejo aparentemente contradictorio de no dejar de comer carne, pero al mismo tiempo no se especifica si existe o no un nivel seguro de ingestión de dicho tipo de alimento, hecho que puede llevar a confusión. Además, tampoco se ha evaluado el riesgo de cáncer asociado a la toma de pescado y aves de corral, que también pueden mantenerse en condiciones muy diferentes y que quizá provoquen un riesgo en el consumidor.

Morey afirma que "lo que no pueden hacer es soltar noticias así como si nada porque lo que consiguen es asustar a la gente". Piensa que "lo que quizá debería hacerse es atacar a la base, porque el producto empieza a formarse ya en las granjas". Opina que deberían aumentarse las comprobaciones por parte de los veterinarios y Sanidad: "igual debería controlarse más la medicación y alimentación que se les da a los animales allí, para que todo sea más sano y controlado, tal vez de forma más periódica".

La Organización Mundial de la salud consideró más de 800 estudios diferentes sobre el cáncer en los seres humanos para emitir el polémico informe y llegar a esas conclusiones. En la evaluación participaron 22 expertos procedentes de 10 países, según informa la propia OMS. Algunos proporcionaron datos sobre los dos tipos de producto: más de 700 sobre la carne roja y más de 400 se centraban en la procesada.

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