"No fui yo, fue Diego Torres", va a ser la principal línea de defensa de Iñaki Urdangarin en el juicio del caso Nóos, que empieza el próximo enero y en el que el marido de la infanta Cristina infantaCristinay expresidente del instituto que lleva el mismo nombre se enfrenta a casi 20 años de cárcel. Urdangarin, según ha adelantado en su escrito de defensa, alegará que no firmó ni un solo documento dirigido a las Administraciones.
El yerno del rey Juan Carlos está acusado de dirigir un presunto entramado de asociaciones y empresas diseñado para desviar varios millones de euros de fondos públicos con la excusa de celebrar foros sobre turismo y deporte, organizar unos Juegos Deportivos Europeos, intermediar en la financiación por el Govern balear del equipo ciclista Illes Balears y conseguir votos para la candidatura olímpica de Madrid en 2016.
Urdangarin tiene muy claro cuáles fueron sus funciones en el Instituto Nóos, la entidad sin ánimo de lucro que firmó varios convenios con el Govern balear y el Ayuntamiento y la Generalitat de Valencia para organizar unos seminarios.
"De conformidad con las funciones que asumí dentro de la entidad nunca tuve ninguna intervención material ni en la suscripción de los convenios, que realiza Diego Torres como vicepresidente del Instituto, ni en otras funciones que no fueran, estrictamente, las meramente representativas del cargo de presidente".
Urdangarin insiste en desmarcarse del funcionamiento de Nóos y limita su rol en la empresa asociada Nóos Consultoría Estratégica S.L. (una empresa que habría servido para drenar el dinero público) al de mero socio, sin capacidad de gestión, que atribuye así mismo a su antiguo profesor Diego Torres, al que define como "socio director de la sociedad".
Los cuñados de Torres
Urdangarin apunta a que Diego Torres, su antigua mano derecha en Nóos, y los cuñados de éste, los también acusados Miguel Tejeiro (asesor fiscal) y Marco Tejeiro (director general y gerente) "se ocuparon de manera exclusiva y excluyente de tales actividades".
El principal acusado también se enfrenta a penas de cárcel por dos delitos fiscales cometidos a través de Aizoon, la empresa cuya propiedad comparte al cincuenta por ciento con su esposa, que se sentará en el banquillo por ayudarle en esas defraudaciones de impuestos.
El cuñado del rey Felipe VI también es tajante a la hora de negar haber cobrado directamente fondos públicos: "A título personal no he percibido cantidad alguna de los convenios celebrados en Valencia o Palma". Lo que no puede negar es que su empresa Aizoon cobró elevadas cantidades del Instituto Nóos y de Nóos Consultoría, facturas que sirvieron para retribuir su participación en algunos foros celebrados en Palma y Valencia con fondos públicos.
A sueldo de su consultoría
Fiscalía y acusación popular Manos Limpias imputan a Urdangarin y Torres el desviar varios millones de euros de fondos públicos inflando los costes de los eventos y mediante facturas falsas. Los beneficios se repartían entre los dos al cincuenta por ciento, hasta que se pelearon por esa distribución del dinero.
Iñaki Urdangarin justifica algunos cobros de fondos afirmando que estuvo a sueldo de Nóos Consultoría, de la que habría recibido entre 2004 y 2006 poco más de cien mil euros de salario.
El escrito de defensa también limita la intervención del exdeportista olímpico en los hechos al período de finales del 2003 a marzo del 2006, cuando dejó la presidencia del instituto siguiendo órdenes de su suegro el rey Juan Carlos. Por el contrario, las acusaciones afirman que no se desvinculó hasta años 2008 o 2009.
