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World Travel Market

Grandes expectativas y enfado turístico en el inicio de la feria de Londres

El mercado inglés ha vivido un gran año, y los empresarios creen que el que viene será aún mejor - El nuevo Govern se estrena en las ferias con el sector irritado por la nueva ´ecotasa´ y el convencimiento de que no financiará políticas turísticas

El stand de Balears en la World Travel Market ya estaba listo ayer para la feria que hoy comienza. david costa

En los últimos años era difícil borrarle la sonrisa de la cara a los empresarios hoteleros. Les iba bien y les iba a ir mejor. Lo sabían. Así que andaban tan contentos que hasta lo contaban en público. Pero se les ha pasado. El nuevo Govern les ha quitado el buen rollo de golpe. Primero con el nuevo Impuesto de Turismo Sostenible, el nombre 2.0 de algo parecido a la fallida ecotasa de 2003. Luego con el adelanto del tributo a mayo de 2016, en contra de lo prometido en privado por el vicepresidente turístico, Biel Barceló (Més). Más tarde, sembrando con sus evasivas la sospecha de que los 80 millones anuales que se recaudarán cobrando a los turistas en hoteles, apartamentos y cruceros no se usarán para proyectos turísticos, como se había garantizado desde el Govern. Y finalmente con la constatación en los presupuestos de que el presupuesto de Turismo se recorta y de que la ecotasa rediviva nace con prisas para cuadrar unas primeras cuentas del Pacto 3.0 que presumen de sociales, como les explicaba Diario de Mallorca en exclusiva hace solo dos días.

Con lo que a los empresarios del turismo, sobre todo a los hoteleros, se les ha borrado la sonrisa. Y eso que la cosa les va bien. De maravilla. Con ecotasa mejor que sin ella. Que esa es la paradoja: tras tanto meter miedo con que el impuesto iba a hundir al sector, resulta que este invierno Mallorca ya sabe que recibirá más británicos que nunca. Lo confirman en el aeropuerto, donde detallan que el número de plazas de avión programadas desde el Reino Unido a la isla para este invierno ha crecido un vertiginoso 44%, hasta las 450.000. Y algo parecido se espera para el próximo verano. Operadores como Jet2 Holidays o TUI ya han adelantado que tienen la firme intención de iniciar su campaña de turismo británico en Mallorca más pronto que nunca, en febrero. Y luego planean volver a llenar la isla de británicos, objetivo que parece garantizado, y más con la libra cotizando en valores máximos.

De hecho, según coinciden todos los empresarios sondeados, 2016 será una repetición, más florida si cabe, de 2015, cuando Mallorca ya ha triunfado en el mercado británico. Los acuerdos con los touroperadores dejan pocas dudas. Y las que queden se despejarán estos días en Londres, donde hoy comienza la principal feria turística del mundo, la World Travel Market.

Estreno de lujo del Govern

Hasta la capital del Támesis se ha desplazado el vicepresidente turístico, Biel Barceló, que, como al día siguiente la presidenta Armengol (PSIB), se hospedará, como es tradición en gobernantes de todo color político de Balears, en uno de los hoteles de lujo de Meliá, el White House y sus más de 300 euros la noche. La austeridad son los otros, aunque les dirán que los acuerdos están cerrados desde antes de que los nuevos llegaran. Barceló llega a Londres con una misión rara. Que no difícil. No es eso. Es un encargo extraño. Tiene que explicarles su ecotasa 2.0 a unos touroperadores británicos que ya han decidido sin fisuras que están en contra, aunque piensen llenarse los bolsillos aún mas con el impuesto vigente.

Así que más que un reto, lo de Barceló es un espectáculo, como lo de Valentino Rossi, pero se supone que sin patadas. Aunque intensidad no faltará. Ni ritmo. El vicepresidente se ha preparado para hoy una jornada completa de reuniones con los representantes de los grandes touroperadores. Unos y otros se dirán lo que ya se han dicho antes, sonreirán en privado y luego discreparán en público. Después los empresarios se irán a ganar dinero y los políticos marcharán a pescar votos con un impuesto que quieren que haga ruido entre su electorado balear, mientras pasa desapercibido en una City en la que palpita el corazón del liberalismo europeo y la banca mundial. De que Barceló logre su objetivo puede depender algún titular de tabloide inglés. Pero poco más: los hoteleros y los touroperadores más tibios aseguran que el año que viene será igual que este en el mercado británico, mientras los más lanzados hablan de otra temporada espectacular. Que con la ecotasa está todo en juego, menos el negocio.

El futuro próximo se presenta tan bueno como el pasado inmediato. Las cifras de la campaña que acaba ya son conocidas. Y magníficas. Ningún mercado ha aumentado más que el británico su gasto en Mallorca en 2015. Pero no culpen al anterior Govern de nada bueno: el éxito es casi exclusivamente atribuible a que los viajeros llegan de vacaciones al país de las rebajas, gracias a una libra fuerte que les da un descuento en sus compras en euros de casi el 30%. Y la tendencia, según revela un informe de la Federación Hotelera, es a que siga al alza. Con lo que pantalones de marca que en Londres salen por 100 libras en Calviá se venden a 100 euros. Los ingleses llegan a Mallorca de vacaciones y de rebajas.

Una comparación lo resume: entre enero y agosto de 2015, los británicos gastaron en Mallorca los mismos 1.800 millones que en todo el año 2014. Y la previsión es que el año se cierre con una facturación récord entre los turistas británicos, más cerca de los 2.500 millones que de los 2.000. Todo por la confluencia de factores positivos: llegaron más viajeros del Reino Unido (+1,3%), pero es que cada uno se pulió de media un 13% más por día de estancia (de 118 euros en agosto de 2014 a 133, en el mes grande de este año).

¿Efecto Magaluf?

El aumento es de aúpa por dos razones. Primero, porque la facturación no creció con tanta fuerza en ningún otro mercado, hasta el punto de que ese 13% de incremento de gasto diario por turista dobla la media de aumento de todo el turismo recibido por Mallorca (un 6% de subida, que tampoco está nada mal). Y segundo porque el crecimiento del cliente británico se produce sobre cifras ya buenas del año precedente y tras la intensa polémica en Magaluf. Que, por cierto, ha quedado en eso. En intensa polémica. Y nada más. Gaseosa y un espectáculo, el de los policías británicos paseando por Punta Ballena mientras los hooligans de siempre hacían el hooligan como siempre. Y mientras los bares de siempre se llenaban como siempre.

Y mientras la otra Magaluf, la de Meliá y el lujo, crecía más que nunca y promete un futuro con más euros y menos hooligans. De eso también se hablará en Londres, con una presentación de los Escarrer. No todo va a ser ecotasa pública y bolsillos privados llenos.

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