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Boulevard

Sa Feixista es la cuarta en la lista de desastres a demoler

El académico Carlos Bousoño, fotografiado por Lorenzo en su residencia estival de sa Ràpita en 1993 y que acaba de fallecer a los 92, fue fiel a su veraneo mallorquín por razones incluso terapéuticas - "Llego a Mallorca y se me curan todas las enfermedades".

Entre la derecha negligente y la izquierda autocomplaciente, la polémica por sa Feixista no debe hacernos perder de vista el orden lógico de monstruosidades a demoler por Cort.

Primero y muy principal, el Palacio de Congresos, que comparte estilo arquitectónico con el monolito. Los partidos gobernantes en Cort han olvidado un capítulo fundamental de su programa, que les obligaba a consultar esta demolición con la ciudadanía. Ni se lo han planteado. Con Acciona y con Florsintino Pérez no se juega. Hemos levantado un hotel con dinero público, en la isla con mayor densidad de establecimientos turísticos del mundo.

Segundo, el estupefaciente mogollón cúbico de Santiago Calatrava sobre la Muralla. Arca calla, por lo mismo que en sa Feixista.

Tercero, el chiringuito de San Carlos, cerrado honorablemente por los progresistas después de que Mateo Isern se hiciera el sordo. Aquí Arca se portó.

Cuarto, sa Feixista y su afanosa estética estalinista, que sintonizaba a la perfección con la vecina garra global de Lorenzo Quinn. Si el criterio de demolición es la corrupción del engendro, sa Feixista va por detrás del Palma Arena, y a nadie se le ha ocurrido derribar el mausoleo de James Matas. La conmemoración selectiva de los fallecidos ni siquiera merece comentario, salvo que se pretenda un túmulo funerario para cada palmesano muerto en acto de servicio.

Me ocurre con sa Feixista igual que con la mayoría de asuntos en discordia. No milito a favor del aborto, sino contra los antiabortistas, nunca pediría mi ingreso en un club que aceptara a los defensores de sa Feixista. Además, nadie detalla qué van a poner en su lugar. Seguramente empeorarán los contornos. Las terrazas que se han adueñado de las aceras palmesanas no tienen nada que envidiar estéticamente a sa Feixista. La doctrina del esponjamiento levantó en Illetes edificios más detestables y voluminosos que los hoteles previamente derribados.

Quienes relativizamos la demolición somos de derechas, poderoso argumento para acometer el derribo sin dilación. Ya lo restaurará el PP cuando retome el poder en 2019. Un renacido Herr Kommandant Bauzá sería capaz de hundir un crucero con sus propias manos, con tal de levantarle un memorial de hormigón. Sa Feixista equivale a las bicicletas de Aina Calvo. Un derroche de convicción a cambio de una rentabilidad electoral insignificante. Hay que obedecer a los principios, salvo que aceleren los finales.

El Caos ha regresado en forma de Ella. Arrecian sus críticas, me siento obligado a reivindicar mi apego al orden:

-Nunca he perdido un avión.

-Eso solo significa que has pasado un montón de horas de más en los aeropuertos.

La candidata de Alberto Jarabo para la dirección general de IB3 se llama Neus Fernández, pero el PSPE piensa muy diferente. A propósito, recuerde dónde leyó el pasado domingo que “ya se ha digitado a la primera víctima del Govern por la carrera profesional, en femenino, en nivel intermedio, y no en Salut”. Pues bien, el estrés ha podido con Vanessa Servera Hoyos, directora general de Función Pública dimitida.

Los médicos de atención primaria son la infantería del ejército sanitario. Se oponen a la apertura vespertina de los Centros de Salud y cuentan con médicas portavoces más elocuentes que un comentarista. “Este gobierno pretendidamente de izquierdas engaña a la población diciendo que va a mejorar la sanidad, haciendo cambios cosméticos y además despilfarrando (lo de las peonadas es pan para hoy y hambre... para salir mejor en foto de elecciones en diciembre) y sin embargo, ni se han planteado la cobertura de la sanidad bucodental, por ejemplo (muchas personas no pueden ir al dentista privado y se trata de salud, no de estética). Dicen que ellos son dialogantes y lo quieren hacer por consenso a diferencia del PP, y sin embargo imponen medidas en contra de la mayoría de los profesionales de todos los estamentos sanitarios”.

Nos persigue el fantasma de Son Espases, que ahora mismo comparte actualidad en el juzgado de Instrucción de José Castro y en el Tribunal Supremo. Los incansables vecinos de La Real han recurrido el auto del Superior que se niega a revisar la licencia del hospital, emanada del enésimo Decreto-Ley del inolvidable pero olvidado Bauzá. Quería eludir las sentencias del Supremo, cruel a la hora de describir la tozudez de sus colegas locales. Todos los jueces autóctonos han bogado a favor del hospital inasumible, contra el veredicto de los magistrados supremos en pro del patrimonio y la cultura de Mallorca.

Richard Branson y señora han vuelto a Banyalbufar más de tres lustros después. Paseo por el pueblo que es la pasión de sus padres, comida en Can Paco. Ensalada y paella. El empresario más famoso del planeta, por encima del Amancio Ortega que también quiso tener casa en Mallorca, contempla cómo durante el almuerzo se le acercan hasta tres mallorquines que le entregan su tarjeta profesional. El negocio, siempre el negocio.

Peregriné durante años a sa Ràpita. No para entrevistar a Carlos Bousoño, sino para escuchar de sus labios el mejor castellano imaginable. Hoy nos ilustra una foto del poeta académico recién fallecido, captada por Lorenzo en 1993. Dos veces Premio Nacional, amaba la isla por razones incluso terapéuticas. “Llego a Mallorca y se me curan todas las enfermedades”. No confundía lenguaje y patria. “No experimento exaltaciones ni con España ni con mi región. Si fuera francés, me daría lo mismo”. Vean Black Mass, la primera interpretación decente de Johnny Depp porque imita a Jack Nicholson. No vean Mi gran noche, aunque Álex de la Iglesia ha logrado la primera película más infecta que un programa de televisión de Nochevieja.

Reflexión dominical consumidora: “El Universo no tiene libro de reclamaciones”.

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