Cristina Salom Juan no se esconde a la hora de defender los intereses de su hija, una paciente con leucemia ingresada en el hospital de Son Espases desde hace veintisiete días en unas condiciones que su progenitora considera, cuando menos, inadecuadas. La luz natural brilla por su ausencia en el módulo D de la primera planta, la zona elegida para ubicar a los pacientes infantiles con cáncer, un área constreñida por dos edificios y con el aparcamiento a sus pies, con la que la emisión de humos de los vehículos la hace aún más inhóspita.

"Es una queja recurrente de los padres desde que se abrió este hospital, pero nadie ha hecho nada. Nosotros llevamos veintisiete días aquí y no tenemos visión de nada. Solo podemos ver el edificio de enfrente", denuncia Cristina Salom.

En este área, que cuenta con unas veinticinco habitaciones, no solo hay ingresados niños con patologías oncológicas. También acoge a otros pacientes infantiles con roturas y problemas traumatológicos y enfermos recién salidos del quirófano. Sí está vedada por completo a pacientes con enfermedades infecciosas porque los niños con cáncer están inmunodeprimidos y cualquier contagio podría resultarles fatal.

"Tengo fotos de despachos, de salones de actos y de muchas otras zonas del hospital que gozan de una magnífica luz natural. Y a los niños con cáncer, muchos de los cuales no pueden salir de sus habitaciones, a las que hay que acceder con máscaras para evitar contagios, se les ubica en una zona en la que hay que estar con luz artificial todo el día", lamenta Cristina Salom una situación que ya ha sido denunciada por otros progenitores en su misma situación.

"No, no hemos presentado ninguna queja porque ya lo han hecho otros padres y no ha servido para nada. Estamos haciendo un llamamiento a través de la red social Facebook para intentar solucionar este agravio. Ya se ha sumado a la campaña Miquel Ensenyat (presidente del Consell de Mallorca), que se ha comprometido a hacer algo al respecto", se congratula esta madre que pelea porque su hija afectada por una enfermedad de difícil tratamiento pueda gozar de una habitación con vistas y luz natural, como la inmensa mayoría de las del hospital de referencia.

Su hija, a la que se le diagnosticó leucemia a los ocho años, cuenta en la actualidad con quince. Tuvo que adelantar la revisión anual porque su estado de salud había empeorado y lleva ingresada desde comienzos de este mes. Y su madre echa de menos ahora, pese a las incomodidades, al viejo Son Dureta: "Estábamos mejor allí, pese a que teníamos que poner toallas en las ventanas para evitar que se filtraran corrientes de aire".

El hospital de referencia admitió esta circunstancia y explicó que se está trabajando en un plan de humanización en el que se contempla el traslado de estos pacientes menudos a una zona más amable.

Mientras tanto, han procedido a decorar con motivos infantiles las salas comunes y las habitaciones y han cambiado los uniformes del personal sanitario para hacerlos menos hostiles a los pequeños. "Y seguimos trabajando en nuevos proyectos para humanizar la planta", aseguraron.