El tribunal quiso ayer lanzar un mensaje muy claro. Todos los acusados del juicio del caso Nóos van a ser tratados exactamente igual, con independencia de su procedencia y de su influencia familiar. Se refería, lógicamente, a la infanta Cristina, y ello debido a que uno de los letrados, que habló en nombre del Colegio de Abogados, ofreció la posibilidad de que pudiera estar en los descansos en una sala especial que se montará en el edificio donde se celebrará el juicio. Será la misma sala donde se reunirán los abogados durante los recesos. El magistrado Juan Pedro Yllanes se mostró sorprendido por esta propuesta. Dijo que ninguna de las partes le había comunicado esta situación, ni le habían presentado ningún escrito con esta propuesta. El abogado Pau Molins, que representó ayer los intereses de la Infanta junto a los letrados Jaime Riutort y Gabriel Lladó, salió al paso sobre esta polémica. Aclaró que no se había solicitado que la hermana del Rey pudiera disfrutar de esta dependencia y que no había ningún interés en pedirlo. Si el tribunal hubiera aceptado este trato especial hacia la mujer de Urdangarin, con toda seguridad habría provocado la protesta de la abogada Virginia López Negrete, de Manos Limpias, que es la única acusación que pretende que sea condenada por delito fiscal.

Al decidirse que el juicio va a iniciarse el día 11 de febrero, el tribunal denegó la petición de suspensión planteada por dos abogados. La Audiencia ha señalado para las mismas fechas dos juicios por dos otros casos de corrupción, en los que intervienen abogados que actúan también en el caso Nóos. Aunque estos juicios se señalaron con anterioridad y teóricamente tendrían preferencia, finalmente serán suspendidos.

Aunque no estaba previsto que ayer comparecieran los acusados, la Policía montó un importante dispositivo de seguridad alrededor del edificio de Son Rossinyol. Fue una especie de entreno ante el gran despliegue policial se inicie el juicio contra estos 18 imputados del caso Nóos.