La falta de unanimidad empresarial a la hora de adoptar una postura ante el futuro impuesto sobre estancias turísticas se pone en evidencia ante las patentes discrepancias existentes entre las patronales Caeb y Pimem, la primera contraria al citado tributo y la segunda claramente a favor.

La presidenta de Caeb, Carmen Planas, no dudó ayer en calificar la medida de "error" del nuevo Govern, ante los perjuicios que en su opinión conllevará una mayor presión fiscal cuando todavía se intenta consolidar la recuperación económica. Según Planas, el Gabinete de Francina Armengol debería apostar por generar un clima de seguridad jurídica y por favorecer la competitividad de las empresas isleñas para así potenciar la inversión. Además, criticó el diseño inicial de este tributo por considerar que tiene más un afán recaudador que finalista.

Finalmente, la presidenta de Caeb defendió la necesidad de mejorar la financiación balear y de contar con un régimen fiscal propio.

Por contra, el presidente de Pimem, Antoni Mas, defendió la implantación del impuesto al opinar que puede ayudar a paliar el impacto medioambiental que los visitantes generan, y destacó que éste puede servir para desarrollar infraestructuras relacionadas con el turismo sostenible. Mas subrayó también que es necesario aplicar una redistribución de la carga fiscal para "obtener el dinero de donde realmente está, que en las islas es en su sector turístico".