"La pregunta con número de registro de entrada 6774/15, que formula la diputada señora María Consuelo Huertas, relativa a derechos de los funcionarios, ha sido retirada". La presidenta del Parlament se rectificó ayer a sí misma en el pleno. Xelo Huertas decidió finalmente no protagonizar el polémico ´cara a cara´ con la presidenta del Govern, Francina Armengol.

Nada más escuchar su renuncio, el PP dedicó un tímido abucheo a Huertas, lo que aprovechó de inmediato Jaume Font para echarle un capote. "Yo le agradezco que haya retirado la pregunta, señora presidenta. Gracias", espetó el astuto portavoz de El Pi. Un guiño que Huertas le devolvió con una mirada cómplice. "¡Ya podéis protestar, ya!", se giró Font hacia la bancada popular, que seguía murmurando.

Huertas desistió formalmente media hora antes del pleno, momento en el que registró el escrito. Terminado el turno de control al Govern, la alto cargo de Podemos salió a explicar su postura: "No entiendo por qué se ha producido este revuelo", expresó su extrañeza ante la controversia generada.

Iniciativa insólita

La presidenta del Parlament quería preguntar ayer en el pleno a Armengol cuándo y cómo el nuevo Govern al que su formación sostiene piensa devolver los complementos salariales y demás derechos que el Gobierno de Mariano Rajoy les recortó en 2012.

Nunca antes la segunda autoridad de Balears en rango de protocolo había intervenido en un pleno de la Cámara para fiscalizar al presidente del poder ejecutivo.

Huertas justificó la retirada in extremis de su pregunta tras haberse pasado el puente "reflexionando" sobre la cuestión. Quiso recalcar que "en ningún momento" se sintió "atacada" cuando los portavoces de todos los grupos parlamentarios la semana pasada le mostraron su desacuerdo con la iniciativa, y celebró el tono con el que le hicieron llegar su punto de vista. Huertas agradeció especialmente "las reflexiones" que le envió "una persona muy honorable de esta Comunidad, a la que tengo en gran consideración, aunque no conozco apenas personalmente" -aseveró-, y que la han "ayudado" a tomar su decisión final.

La presidenta no quiso desvelar la identidad de este "muy honorable", y se rebeló ante lo que considera un agravio comparativo. "La Mesa [del Parlament] es un órgano colegiado donde la neutralidad ha de ser para todos, y el reglamento indica que todos los diputados deben hacer preguntas. No entiendo por qué solo se pide neutralidad a la presidenta y no al resto de componentes de la Mesa", declaró.

Huertas recordó que en la pasada legislatura el socialista Antonio Diéguez, siendo vicepresidente del Parlament, "hizo todas las preguntas del mundo" al Govern del PP, y reivindicó su derecho a poder hacer lo mismo. Reclamó que con la reforma del reglamento del Parlament que está en marcha, se incluya explícitamente que todos los cargos de la Mesa puedan preguntar en el turno de control al Ejecutivo. O, en caso contrario, ninguno, pero sin discriminaciones.

Huertas insistió en que la imparcialidad debe exigirse a todos sus colegas de la Mesa por igual, y deslizó una advertencia velada: "El argumento de la neutralidad que se me exige, a lo mejor podrá servirme en otro momento".

Dicho y hecho. En la posterior votación de una moción de El Pi sobre IB3, Huertas rompió la disciplina de su partido y fue la única diputada del hemiciclo que se abstuvo. Podemos, al igual que el PSOE y Més (también el PP y Ciudadanos), votó en contra. Solo los tres diputados de El Pi apoyaron su propuesta, por lo que algunos interpretaron el desmarque de Huertas como un gesto de agradecimiento de la presidenta a Font, por el apoyo antes prestado frente a los populares.

Lío interno en Podemos

Por su parte, la presidenta justificó el haber votado diferente de su grupo apelando risueña a la neutralidad que se le requiere.

Más allá del malestar generado en el seno del Pacto con el capítulo de ayer a raíz de la no-pregunta de Huertas a Armengol, si algo quedó de manifiesto son las tensiones internas en Podemos, donde algunos acusan ya a la presidenta de la Cámara de ir por libre.

Ante los periodistas, la propia Huertas hizo evidente su enojo con el líder del partido, Alberto Jarabo -que el jueves desaprobó públicamente la pregunta a Armengol por demasiado corporativista (Huertas pertenece al colectivo de funcionarios)-. "Creo que [Jarabo] no pensó lo que dijo. La pregunta [para Armengol] se hizo entre todo el grupo parlamentario, como siempre; él estaba presente y sabía que acordamos que la hiciera yo. No sé por qué lo hizo [el desmarque], se lo tienen que preguntar a él", remarcó.

Está por ver ahora si Podemos, que el lunes dio el plácet a que Huertas preguntara a Armengol, adoptará algún tipo de medida sancionadora contra su correligionaria por no haber votado con el resto de diputados de su grupo. El incidente se analizará próximamente en una reunión.

Si lo de ayer la llega a pillar más joven, en lugar de rectificar Huertas hubiera "hecho todo lo contrario", desveló ella misma. Pero "la edad también te enseña a saber pensar y tener serenidad", remachó la presidenta.

Pese a su rectificación, Xelo Huertas no se escapó de las críticas. "Menudo ridículo", se escuchó entre diputados de la izquierda. "Ésta se ha cubierto de gloria", sentenció un popular.