La Guardia Civil abrió de nuevo su casa a la sociedad en la celebración del día del Pilar, algo que no había sido posible desde hace siete años, cuando se iniciaron las obras de reforma en la Comandancia de Palma. Una ocasión en la que su jefe en las islas, el coronel Jaime Barceló, glosó los logros conseguidos durante el año en la lucha contra la delincuencia y apeló al "espíritu de superación" de sus agentes para "no caer en el conformismo".

"No quiero escudarme en la falta de personal o de medios", declaró el coronel durante su discurso. "Con los medios disponibles vamos a seguir luchando en mejorar la asistencia y el servicio a la sociedad".

Una declaración de intenciones que viene reforzada por los datos del trabajo realizado por la Benemérita durante el último año, con 1.641 servicios, entre los que están la detención de un centenar de presuntos miembros de bandas organizadas de narcotraficantes, la asistencia en 605 casos de violencia de género, o el auxilio, gracias a la colaboración entre la dotación del helicóptero y el grupo de rescate de montaña, a 141 personas en montaña, "entre los que hubo, por desgracia, diez fallecidos".

Con ello, insistió en su empeño de lograr que "la Guardia Civil sea una marca de referencia en el buen hacer del servicio para que siga siendo la institución más valorada por la sociedad, y hacer siempre un poco más de lo que se espera de nosotros".

El de Barceló fue un discurso políglota. Comenzó y terminó en mallorquín, hizo el grueso del parlamento en castellano, y no desaprovechó la ocasión para agradecer en su propio idioma la colaboración a los policías británicos y alemanes que han participado en las patrullas mixtas este verano, y que permitieron capturar en Magaluf a un inglés que estaba buscado en su país por un homicidio.

Sobre las once de la mañana, las dependencias de la Guardia Civil, en la calle Manuel Azaña, eran un hervidero de personas. Cientos de agentes e invitados se reunieron en el patio, tradicional escenario de estos actos hasta 2007, cuando las obras de reforma en los sótanos del inmueble obligaron a buscar escenarios alternativos, primero en el aeropuerto y después en la Almudaina. Siete años después, la Comandancia volvió a ser abierta al público para acoger los actos, con la asistencia de las máximas representaciones de la sociedad civil, encabezadas por la presidenta de Balears, Francina Armengol, y la presidenta del Parlament, Xelo Huertas.

Tras la imposición de condecoraciones fue el turno de la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, que destacó el "trabajo incansable que realiza la Benemérita, que nos permite mejorar nuestra calidad de vida y la de los millones de turistas que nos visitan".

El acto finalizó con un desfile de distintos contingentes de la Guardia Civil frente a la Comandancia.