Hasta 120 personas tendrán cabida en la sala donde prevé celebrarse, a partir del próximo 11 de enero, el juicio del caso Nóos, durante el cual se sentarán en el banquillo un total de 18 acusados, entre quienes se encuentra la Infanta Cristina, y desfilarán ante el tribunal 363 testigos y 21 peritos.

Ante el número de procesados y periodistas que prevén darle cobertura a raíz de la magnitud de las pesquisas, el juicio se llevará a cabo en el Polígono Son Rossinyol de Palma, en el edificio de la Escuela Balear de Administraciones Públicas (Ebap) -dependiente del Govern-, muy próximo al centro penitenciario de la capital balear. Las salas de la Audiencia de Palma son insuficientes para albergar a los acusados y, sobre todo, a los cientos de periodistas que se acreditarán para la vista.

Más de cien tomos y 80.000 folios componen el sumario de la causa, centrada en el presunto desvío de más de seis millones de euros públicos a través de un entramado de empresas urdido por Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres.

Ahora, la amplia expectación que generará la vista oral y el número de partes personadas ha llevado a la Audiencia a celebrar el juicio en la sede de la Ebap. La sala contará además con cuatro cámaras que, instaladas en varios puntos de la misma, darán imagen cada una del acusado o testigo que declare, del tribunal, de las defensas, de las acusaciones.

La complejidad de las investigaciones derivó en una instrucción de más de cuatro años de cárcel por parte del juez José Castro, quien acordó enviar a juicio a la Infanta como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales, por los que la acusación popular Manos Limpias reclama ocho años de cárcel para ella.