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Ecotasa

El nuevo impuesto turístico le costará menos de dos euros al año a cada residente

Aunque lo pagarán por igual isleños y turistas cuando se alojen en las islas, la realidad es que el 98,3% del tributo del Govern lo pondrán viajeros de fuera, que aportarán a las arcas públicas más de cien millones al año, frente a los menos de dos millones que se recaudarán entre todos los residentes

El impacto de la nueva tasa turística en residentes y viajeros de fuera

El Govern recaudará cien millones de euros con su impuesto turístico. También lo pagarán los residentes, aunque el impacto en los bolsillos de los contribuyentes de las islas será inferior a dos millones de euros, menos de dos euros por residente y año. Mientras el Ejecutivo presidido por Francina Armengol busca alternativas de difícil encaje en la legislación comunitaria para evitar el pago de los baleares del nuevo gravamen turístico, la realidad de los datos muestra que la recaudación que se obtendrá entre los isleños es limitada en comparación con el resto de tributos. La cuantía exacta la tienen representada en el gráfico que acompaña estas líneas. En el último año completo (desde septiembre de 2014 a final de agosto de 2015), los baleares pagaron 921.358 noches de hotel. Y dicho así puede llegar a sonar a mucho, pero si se observa el contexto, se demuestra que esas 921.000 noches son una porción minúscula del pastel turístico: en ese mismo tiempo, los turistas de fuera de las islas se alojaron 53,5 millones de veces en hoteles baleares. Así que solo el 1,72% de las pernoctaciones por las que habría que pagar tributo están protagonizada por residentes. El impuesto se nutrirá por tanto casi exclusivamente de viajeros de fuera, que aportarán el 98,3% de la recaudación.

Si se mide en euros, la conclusión es aún más clara: en el caso más extremo (que finalmente el impuesto ascienda a los dos euros por noche de alojamiento en Balears), el tributo obtendría entre los baleares 1.842.716 euros. Ni dos euros de media por residente y año. Y eso en el caso de mayor impacto, haciendo el cálculo para 2 euros de tasa por noche, cuando en todos los hoteles, salvo los cinco estrellas, será de 1 euro. Con lo que la recaudacion entre los residentes no llegará ni al millón de euros anual, una cifra menor si se compara con los 850 millones de IVA que se pagan anualmente en las islas, o los cientos de millones de tributos implantados en los últimos cinco años. Es el caso de los 65 millones anuales que genera el llamado "céntimo sanitario" (en realidad, 4,8 céntimos por litro de combustible), los copagos de medicamentos (que reportan más de veinte millones), los 35 millones de recaudación a los que se llega tras la subida del canon de agua la pasada legislatura o los 45 millones que aporta a los servicios públicos el impuesto de patrimonio reimplantado por el Govern que presidía José Ramón Bauzá.

Otro ejemplo ilustra a la perfección el impacto real de este gravamen turístico sobre los residentes: el Govern Bauzá recaudó por renovar las tarjetas sanitarias de los residentes (10 euros de pago obligatorio por tarjeta) una media de 2,5 millones de euros por año entre 2012 y 2015, es decir, un 38% más de lo que dejará en las arcas públicas el impuesto turístico en su aplicación a los residentes en el más oneroso de los supuestos que se plantea el Govern (2 euros por noche).

Y justo ahí está la clave de la cuestión: mientras la recaudación entre los baleares del nuevo tributo aporta menos de dos millones al año, los turistas nacionales y, sobre todo, los viajeros extranjeros que abarrotan los hoteles y apartamentos de Balears financiarán los servicios públicos de las islas con 100 millones de euros al año. ¿Muchos? Una comparación de actualidad da idea de lo que supone esa cantidad para el erario público: en vísperas de unas elecciones generales en las que todos los partidos del Pacte se la juegan, el Govern se expone a una huelga en el duro conflicto que mantiene con los sindicatos y los trabajadores sanitarios por la recuperación de unos complementos que costarán 16 millones de euros al año, muy lejos de los 100 que supondrá el tributo a los turistas.

El tributo se queda en las islas

Así de ahogadas están las cuentas públicas baleares, que padecen un triple problema: una deuda de más de 8.500 millones de euros, que crece cada año con un déficit cercano a los 400 millones, en gran parte relacionado con un modelo de financiación que hace que Balears sea la comunidad que más aporta al sistema autonómico y solo la octava que más recibe. El tributo turístico, en cambio, se cobrará en las islas y se quedará íntegramente en las islas, recalcan en un Govern que, mientras, insiste en que dará pelea en Madrid por mejorar la aportación del Estado a la comunidad más generosa del sistema autonómico: Balears.

El impacto sobre los residentes podría reducirse además por una vía: el Govern baraja cobrar la mitad del tributo en temporada baja, para no agravar la estacionalidad. Y se da la circunstancia de que es justo en temporada baja cuando más importantes son los residentes para los hoteles de las islas. Nuevamente datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística lo constatan: mientras en agosto apenas el 1,5% de las pernoctaciones hoteleras en las islas las protagonizan residentes, en diciembre y enero los habitantes de las islas pagan entre casi el 10% de las noches de hotel. Es la época en la que las cadenas hacen ofertas especiales para residentes y los meses en los que los trabajadores del sector turístico descansan de un verano que da pocos respiros y muchos ingresos, que con el nuevo tributo engordarán más las arcas públicas.

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