Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Carmen Cabestany García: "Hay centros que por 'el prestigio' no admiten que hay acoso escolar"

"Para prevenir hay que empezar a trabajar la educación emocional desde la etapa de Infantil"

"Hay que crear un clima de confianza entre el profesor y el alumno".

Carmen Cabestany presentó ayer en Palma la nuevo delegación mallorquina de la asociación No al Acoso Escolar (NACE), buscando convertirse en un punto de referencia para familias y profesionales ante el buylling y ciberbuylling. Anima a todas las familias y profesionales interesados a ponerse en contacto con ellos a través de su web (noalacoso.org) y subraya la necesidad de romper el silencio sobre esta lacra.

-Los datos reflejan que uno de cada cuatro niños será víctima de acoso, ¿de cuántos casos nos enteramos?

-De muy pocos, solo hay que ver las estadísticas de la Administración? Según el Informe del Defensor del Pueblo de 2006 solo el 10 % se lo dice a sus profesores y el 14 % a sus padres. Pensemos que en acoso escolar rige la ley del silencio: las víctimas suelen estar amenazadas por sus agresores.

A esto se añade que quienes podrían y deberían actuar, compañeros, padres y profesores, no suelen hacerlo. Los primeros por comodidad o por miedo; los segundos por desconocimiento; los terceros por desconocimiento, por incapacidad o por negligencia.

-¿Las familias no saben dónde acudir?

-El primer problema que tienen las familias es que no se enteran de lo que pasa porque los niños no suelen informar. Cuando lo hacen, es frecuente que no encuentren apoyo en sus padres porque estos ni siquiera imaginan lo que puede estar pasando. En el caso de que den crédito a lo que cuenta el menor, es cierto que se encuentran desorientados y no saben qué hacer. A veces empiezan un peregrinaje por los despachos de directores e inspectores de educación y, en muchos casos, buscan ayuda y asesoramiento en asociaciones como la nuestra donde se sienten escuchados, comprendidos y apoyados. Nos pueden encontrar en noalacoso.org.

-¿Alguna comunidad autónoma lo gestiona de alguna manera mejor que las otras?

-Desgraciadamente, no. Recibimos solicitudes de ayuda desde todas las comunidades autónomas y también de fuera de España. Resulta inconcebible que un tema tan grave como éste no merezca una atención especial y urgente.

-¿Cualquier alumno es susceptible de ser víctima de acoso escolar?

-Sí. Es cierto que suele haber colectivos-diana, como alumnos con trastorno por déficit de atención o hiperactividad; con Asperger; homosexuales o con altas capacidades, pero cualquier persona puede ser víctima. Nosotros tenemos una colaboradora capaz, inteligente, brillante, guapa? y durante tres años se vio obligada a ir cada día a los lavabos para que le metieran la cabeza en la taza del wáter y tirasen de la cadena. Te pueden acosar por cualquier cosa en realidad. El problema real no son las características de quien lo sufre sino la intolerancia de quien lo hace.

-¿Qué efectos a largo plazo puede tener haber sido víctima?

-Muchos? Los más frecuentes son baja autoestima, estrés post-traumático, fobia social, ideación suicida? Estos efectos pueden comprometer seriamente la vida de una persona. A veces nos escriben adultos que no lo han superado y nos cuentan que su vida familiar y laboral se ve afectada por lo que les pasó años atrás.

-¿Quién es el responsable de este silencio alrededor del acoso? ¿Por qué tanto silencio?

-Todos somos responsables. En primera y segunda instancia, los padres y los educadores, que deberíamos ser ejemplos de comprensión, tolerancia, solidaridad, etc... También, por supuesto, la Administración educativa, que debería tomarse en serio el sufrimiento que el acoso escolar causa a tantos y tantos chavales. Pero cualquier persona que sea conocedora de una agresión y no actúe es cómplice. El silencio se produce a causa del miedo y la falta de seguridad en el entorno más cercano de los chavales.

-¿Cómo convencer a un niño de que denuncie esta situación sin miedo a quedar como un chivato?

-Ante todo, educando en valores, en la responsabilidad, en la libertad, en la empatía? Creando un clima de confianza y afecto entre profesor y alumno que facilite la comunicación. Y, cuando se produce, agradeciendo su gesto, valorando su valentía y, sobre todo, garantizando la confidencialidad.

-¿Cómo se debería proceder en el centro cuándo se detecte un caso?

-En primer lugar, los centros deberían procurar que no se produjeran casos de acoso escolar; lo fundamental es la prevención. En el caso de que se produzcan, lo primero es escuchar y dar credibilidad a la presunta víctima y alejar de ella al victimario o victimarios; sin perjuicio de que se inicien investigaciones inmediatamente para esclarecer los hechos.

Estas investigaciones deberían ser absolutamente imparciales pero lo que sucede en muchos casos es que están sesgadas desde el inicio pues muchos centros no quieren reconocer que tienen casos de acoso para no "perder el prestigio".

Una vez esclarecidos los hechos, si se verifica que se trata de un caso de bullying, hay que proteger y blindar a la víctima, estableciendo una zona de seguridad; hay que actuar con ella y no por ella, ya que parte de su recuperación depende de su protagonismo en el tema. Respecto al culpable, hay que sancionarle y asegurarse de que no reincida; aunque también hay que ayudarle, pues detrás de su comportamiento puede haber violencia familiar, frustración, rabia...

-Los ajustes hechos en el sector educativo, ¿agravan estos problemas de convivencia en las aulas?

-Todo influye pero, en mi opinión, lo más grave es que los docentes no estén formados en acoso escolar, no sepan detectarlo ni intervenir, y no sean conscientes de que su actuación en estos casos o su falta de actuación puede representar la diferencia entre la vida y la muerte de una criatura.

-¿Qué debería hacer la Administración educativa ante esta lacra? ¿Está fallando?

-La Administración debería tomarse muy en serio lo que está pasando con nuestros niños; y recordar que los centros educativos son responsables de la seguridad de los menores mientras estos permanecen a su cargo. Probablemente, si hubiera un coste económico cada vez que alguien mira para otro lado o dice "son cosas de niños", "que se espabile", "así se hará fuerte"? se terminaría rápidamente con el acoso.

La Administración debería poner en marcha campañas -como en el caso de las mujeres maltratadas- para concienciar a la sociedad. Y, sobre todo, la Administración debería facilitar que hubiera una auténtica educación emocional desde Educación Infantil.

-Cuando se detecta un caso, a veces se opta por cambiar de centro a la víctima, ¿no es ésta una manera de penalizar a la víctima en vez de al agresor?

-Efectivamente. Lo ideal sería hacer intervenciones que sirvieran para acabar con la violencia de cualquier tipo en las aulas, reconducir a los culpables y que nadie tuviera que marcharse. Pero, si finalmente alguien tiene que irse, es evidente que tiene que ser el agresor; de lo contrario, estamos castigando a la víctima y reforzando la conducta negativa del victimario.

Compartir el artículo

stats